Situaciones anormales

Manchester City 0-0 Real Madrid 2016

Por más que habían argumentos suficientes para entenderlo, a todos nos sorprendió que Cristiano Ronaldo no arrancase en el juego o siquiera jugase. En casi siete años, no verle en la cancha con la camiseta blanca en uno de los partidos estelares de la temporada era un asunto de llamar la atención, pero la carga de encuentros, por mucho de ser uno de los atletas más cotizados de todo el mundo del deporte, te pasa factura. Decisión sabia de Zidane en no hacer pública su imposibilidad de jugar hasta horas previas al encuentro, tomando en cuenta el peso que tiene tanto para el vestuario como para la afición su presencia en cancha, la idea era no marcar una concepción de favorito que revestía al conjunto blanco previo al compromiso en tierras inglesas.

De todas formas su presencia no debía ser una excusa para los de la capital española. Por motivos extensamente vistos eran favoritos de cara a un compromiso que, de todas formas, era pertinente que se jugase. Arrancaba el partido y los locales también sufrían una baja sensible como la de Yaya Touré, quien ha tenido múltiples problemas físicos desde la temporada pasada, pero sin utilizarlo de excusa tampoco para hacer un partido en calidad de local que estuviese a la altura de las circunstancias, o por lo menos se esperaba que con el arsenal de jugadores que tenía Manuel Pellegrini a su disposición esa fuese la idea.

El mosaico en el Etihad era notable, en un claro esfuerzo de la institución de dar el ambiente propicio a un estadio no acostumbrado a noches de este tipo, siendo puntualmente esta la primera en su historia. Los primeros minutos lógicamente fueron de estudio y relativo temor/respeto de uno para el otro; el problema fue que ese estudio se extendió en todo el transcurso de la primera mitad, siendo las notas destacadas únicamente las salidas por lesión de Karim Benzema y David Silva antes de que el central turco señalara el descanso. Estas lamentables salidas y un ríspido juego por lapsos de ambas escuadras, principalmente de la visitante (sin sanción alguna del árbitro hasta el complemento) hicieron menos tediosos unos 45 minutos que parecían eternos.

Para el segundo tiempo salió el conjunto blanco con mejor disposición para sacar el triunfo, puesto que tenían la pelota con más determinación y criterio a la hora de fluir juego entre líneas a ras de suelo, encontrándose para los minutos finales ocasiones que de no ser por el infortunio y Hart hubiesen terminado con la victoria del equipo que vistió de azul oscuro en la noche de Manchester. Junto a las buenas intenciones que mostró el joven Lucas Vásquez durante el partido, el compromiso de Casemiro y Pepe fue excepcional, destacándose por su claridad en los despejes, así como en su aporte hacia adelante cada vez que las fisuras del centro del campo rival se abrían.

A pesar de las inadmisibles excusas que se pudieran presentar ante la ausencia de Cristiano, era bastante evidente que resintieron la falta de alguien con capacidad para pegarle a puerta, algo que la lesión de Benzema resaltó mucho más. Con un Gareth Bale preparado únicamente para correr y las dos más claras del juego desperdiciadas por Jesé y Pepe, el Madrid sencillamente no encontró la vía. Esa vía se encontró limitada también por el llamativo encuentro que tuvo Marcelo, lejos de su nivel habitual por los malos pases que realizó una vez atravesaba el segundo tercio de la cancha.

Agridulces sensaciones se llevaron los ciudadanos, quienes no arriesgaron y se enfocaron más en mantener un orden defensivo que en ofender al rival y sacar algún tipo de ventaja de cara al compromiso de vuelta lejos de Manchester. En la vida siempre dicen que el que no arriesga no gana, premisa que está a 90 minutos de cumplirse para un equipo que, viendo al Real Madrid sin dos de sus pilares importantes en el campo, no fue capaz de llevar verdadero peligro a la portería de Keylor Navas salvo por el balón parado. A excepción de Jesús Navas, ninguna de las piezas ofensivas locales se hizo sentir en el partido, muy distantes unos de otros en el compromiso, como fue el caso de Kelechi Iheanacho, quien ingresó a la cancha en un cambio que sólo el estratega chileno comprendió.
En la vida siempre dicen que el que no arriesga no gana, premisa que está a 90 minutos de cumplirse para el Manchester City.
Sin embargo, no todo fue malo para el equipo ciudadano, porque más allá de los cuestionamientos de ganas que pudieron/debieron meterle al compromiso, se debe reconocer que el plan de juego conservador resultó para el local. Viendo lo habitual que es la facilidad con las que los rivales le ganan las espaldas tanto a Fernando como Fernandinho, no siendo este juego la excepción, lo llamativo fue el correcto partido de Nicolás Otamendi, que salvo por una sola ocasión, anticipó bien cada balón que intentaba circular por su sector y era quien le daba salida a ras de suelo al equipo local. Teniendo lo de Joe Hart como un caso aparte y dentro de la categoría de habitual salvador, lo que hizo el central argentino en este compromiso me llamó fuertemente la atención.

No hubo goles en este partido, pero sí algunos puntos para enlistarlos luego de revisar una y otra vez el desarrollo del juego, los cuales, a criterio de este servidor, fueron sensitivas en este partido:
  • Cristiano Ronaldo ni siquiera convocado
  • Pepe excepcional
  • El Manchester City defendiéndose
  • Marcelo impreciso
  • Otamendi jugando bien
Observaciones que me sacan una sonrisa del rostro porque, en realidad, son extremadamente anómalas, al igual que este partido, el cual distó mucho de tener el nivel que uno esperaría en un partido de ida de semifinales de Champions League. Muy, pero muy lejos del nivel deseado.
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