Víctimas del dolor


No hubo caravana en Vía Argentina, esto por un partido de fútbol... Que viva este lindo pero sufrido deporte. El color de la Copa del Mundo es único, jamás me cansaré de decirlo, pero no puedo siquiera imaginármelo de la forma en que ese color inundó Fortaleza en la tarde de viernes.

Cuando juegan dos equipos la tendencia es que el aficionado neutral apoye al más chico, en este caso era Colombia, equipo que volvió después de 16 años a un torneo de esta magnitud y por la manera en que estaban realizando las cosas, se ganó el cariño de muchos. Las claras victorias en fase de grupos y octavos de final hicieron atractiva a esta selección, pero, siendo un poco profundos, los rivales no eran de tanto peso; tendrían ante Brasil la primera prueba de fuego.

El jugar con fuego no le fue muy bueno al conjunto dirigido por José Nestor, ya que en los 90 minutos los locales fueron notablemente superiores en todo, partiendo con una sólida defensa, unos mediocampistas algo rudos pero cumplidos, y una delantera que a pesar de no hacer los goles supo irse adelante en todo momento... Menos Fred, el caso Fred es excesivamente especial.

La selección brasilera mostró una mejoría profunda con respecto a los primeros cuatro partidos de este certamen, donde en ningún momento permitieron al rival hacerse con la pelota, neutralizando el trabajo del joven James Rodríguez, quien además del penal y la jugada que llevó a ella, poco más pudo hacer durante el complicado partido.

Los goles llegan de jugadas a balón parado, donde el Capitán Thiago Silva aprovecha una terrible marca de Carlos Sánchez y más tarde, David Luiz coronó un partido impecable con un soberbio gol de tiro libre que parece sacado de un vídeo-juego. A pesar de finalizar apretando, ha sido este el mejor partido de Brasil en lo que va de competencia.

Siga, siga

El fútbol a medias y la entrega que los futbolistas dejaron en la cancha se vio manchada por la actuación lamentable del árbitro español Velasco Carballo, quien parece haber olvidado las tarjetas amarillas en el hotel donde se hospeda. Hubo un exceso de golpes por ambas partes en el encuentro, cosa que al final terminó llevando a una durísima falta de Camilo Zúñiga por detrás a Neymar, quien se ha fracturado una vértebra y se pierde lo que queda del Mundial.
Es una pena que la irrefutable mala actuación de Velasco Carballo resuene más en la mente del aficionado alrededor del mundo que la notable mejoría de Brasil, que terminó doblegando muy bien a Colombia.
Lo permisible para muchos no parece ser el tema en cuestión con respecto al arbitraje, ya que muchos hablan de que se benefició a Brasil de principio a fin. Es una verdadera pena esto, porque el conjunto local tuvo una notable mejoría en su fútbol, no fue producto de un error o errores arbitrales que se dio la victoria.

Colombia fue sencillamente superada, no pudo encontrar la forma de romper el esquema local, menos a los dos centrales que lucieron sensacionales en este partido y pegaron, suena feo pero es así, pegaron los vecinos.

Se habla de un fuera de juego mal pitado en contra de los cafeteros... No sé, díganme ustedes:





El fútbol es de discusión, de debatir... Si fuese lo contrario esto sería realmente aburrido, esto se los digo por la suspicacia que ha levantado en algunos esta jugada del fuera de juego, pero vamos, una imagen dice más que mil palabras.

También se habla de las faltas pitadas a favor del local, que fueron muchas, bueno, es conveniente recordar (además de la criminal entrada sobre Neymar) que en la primera mitad el mismo Zúñiga le deja la pierna a Hulk, haciendo contacto con la rodilla del fuerte delantero dando como resultado una entrada muy fuerte, que de no ser por el biotipo del futbolista hubiese terminado como una grave lesión. Estas dos jugadas fueron para tarjeta roja directa, pero nadie quiere recordar eso (?).

Una gran actuación de Brasil queda manchada. El recuerdo de un trabado partido queda latente en la retina de todos los aficionados que esperaban ver que David venciera a Goliat. Esto del árbitro no lo soltará nadie por los próximos meses, así mismo como en México se mantiene el tema del penal, del cual se ha encontrado en estos un artículo muy interesante sobre la amargura que se resume en un cántico (in)adecuado.


El Mundial pierde hoy a una de las selecciones más alegres del torneo, a un James Rodríguez que debe valer 80 millones de euros ahora mismo por seis goles, a Neymar que era de lo más rescatable de esta selección pentacampeona... Todos ellos víctimas, víctimas en diferentes circunstancias pero con un común denominador: el dolor.
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