Dos imágenes tristes del fútbol se encontraban en la cancha, imágenes con similitudes muy marcadas, que no necesitaban descripción para enseñar al mundo su pobre presente. A pesar de las similitudes, era innegable una diferencia: una estaba obligada a competir por el Mundial, mientras que la otra se limitaría a aportar buen fútbol al espectáculo.
Al llegar a este partido y con lo antes mencionado, quedaba claro algo: este no era el tope futbolístico, de ninguno de los dos equipos, por lo cual había que esperar un despertar necesario por la peligrosidad que representaba el equivocarse en una instancia como esta.
Luego de que el árbitro Rizzoli diera el pitido final, los sudamericanos se pudieron meter a semifinales después de 24 años con todo mérito. El rival mostró demasiadas falencias y limitaciones que no lo hicieron el rival que mucho se esperaba.
Mejoría a coste Di María
Se vio la mejor versión de Argentina en toda la Copa del Mundo. Si hay algo que reconocer, es que Alejandro Sabella fue muy acertado en los cambios del equipo inicial (Biglia por Gago, Demichelis por Fede Fernández y el obligado de Basanta por Rojo), reemplazos que tuvieron mucho peso en el encuentro y en las salidas que se les bloquearon a los Diablos Rojos.
Fue la mejor versión de este equipo y apenas ganó 1-0... A pesar de las escasas oportunidades dadas en el partido, se vio a una albiceleste cómoda en la cancha, con muchas libertades y espacios para jugar de manera horizontal o de proyectarse de manera inmediata hacia adelante. La traducción de este dominio y mejoría en resultado se dio cuando Gonzalo Higuaín aprovechó el rebote que la defensa belga dejó en el medio y pudo rematar hacia la portería de Courtois, quien no pudo hacer nada en esta jugada.
La mejoría del equipo tuvo sus bajas. Messi ejerció una labor más sacrificada atrás que de costumbre y buscaba en todo momento a Ángel Di María para los piques desestabilizadores. Lamentablemente, en una de estas jugadas rápidas el fideo termina desgarrándose y se pierde la mejor referencia ofensiva que tenía este equipo para lo que resta del Mundial. Trabajo complicado el de Sabella en encontrarle recambio.
Hazard, la desesperanzada promesa del torneo
Una fase de grupos que rozó en lo impresentable pareció olvidarse ante Estados Unidos, pero se volvió a presentar esta imagen ante Argentina. Marc Wilmots y su legión de jóvenes jugadores defendió hasta donde pudo los colores de la selección de Bélgica.
A pesar del decoroso trabajo realizado, es pertinente señalar las principales falencias de este equipo belga, tanto en el partido de este sábado como en todo el torneo:
1. Kompany, Vermaelen, Alderweireld, Vertonghen... A pesar de los nombres lució muy mal la zaga defensiva belga; muchas imprecisiones y conductas indeseables por parte de estos defensores a estos niveles de fútbol. El único rescatable de esta línea es el veterano Daniel van Buyten, quien dejó todo en la cancha durante los cinco partidos y debe ser el ejemplo a seguir de esta joven camada de futbolistas.
2. Axel Witsel y Kevin De Bruyne estuvieron muy solos durante el torneo. Fueron los únicos que lograron tocar el balón y organizar algo de fútbol ofensivo.
3. Ni Lukaku, ni Origi, ni Hazard, ni Mirallas... El único volante/delantero que dejó en pellejo en la cancha por los belgas fue Dries Mertens. La compañía hizo mucha falta durante estos partidos al jugador del Napoli.
Fumar es nocivo para la salud, pero los argentinos pueden cargar de tabaco la pipa del triunfo y volver a celebrar una aparición en semifinales, que a pesar de todo, se la han ganado con creces.
Al llegar a este partido y con lo antes mencionado, quedaba claro algo: este no era el tope futbolístico, de ninguno de los dos equipos, por lo cual había que esperar un despertar necesario por la peligrosidad que representaba el equivocarse en una instancia como esta.
Luego de que el árbitro Rizzoli diera el pitido final, los sudamericanos se pudieron meter a semifinales después de 24 años con todo mérito. El rival mostró demasiadas falencias y limitaciones que no lo hicieron el rival que mucho se esperaba.
Mejoría a coste Di María
Se vio la mejor versión de Argentina en toda la Copa del Mundo. Si hay algo que reconocer, es que Alejandro Sabella fue muy acertado en los cambios del equipo inicial (Biglia por Gago, Demichelis por Fede Fernández y el obligado de Basanta por Rojo), reemplazos que tuvieron mucho peso en el encuentro y en las salidas que se les bloquearon a los Diablos Rojos.
Fue la mejor versión de este equipo y apenas ganó 1-0... A pesar de las escasas oportunidades dadas en el partido, se vio a una albiceleste cómoda en la cancha, con muchas libertades y espacios para jugar de manera horizontal o de proyectarse de manera inmediata hacia adelante. La traducción de este dominio y mejoría en resultado se dio cuando Gonzalo Higuaín aprovechó el rebote que la defensa belga dejó en el medio y pudo rematar hacia la portería de Courtois, quien no pudo hacer nada en esta jugada.
La mejoría del equipo tuvo sus bajas. Messi ejerció una labor más sacrificada atrás que de costumbre y buscaba en todo momento a Ángel Di María para los piques desestabilizadores. Lamentablemente, en una de estas jugadas rápidas el fideo termina desgarrándose y se pierde la mejor referencia ofensiva que tenía este equipo para lo que resta del Mundial. Trabajo complicado el de Sabella en encontrarle recambio.
Hazard, la desesperanzada promesa del torneo
Una fase de grupos que rozó en lo impresentable pareció olvidarse ante Estados Unidos, pero se volvió a presentar esta imagen ante Argentina. Marc Wilmots y su legión de jóvenes jugadores defendió hasta donde pudo los colores de la selección de Bélgica.
A pesar del decoroso trabajo realizado, es pertinente señalar las principales falencias de este equipo belga, tanto en el partido de este sábado como en todo el torneo:
1. Kompany, Vermaelen, Alderweireld, Vertonghen... A pesar de los nombres lució muy mal la zaga defensiva belga; muchas imprecisiones y conductas indeseables por parte de estos defensores a estos niveles de fútbol. El único rescatable de esta línea es el veterano Daniel van Buyten, quien dejó todo en la cancha durante los cinco partidos y debe ser el ejemplo a seguir de esta joven camada de futbolistas.
2. Axel Witsel y Kevin De Bruyne estuvieron muy solos durante el torneo. Fueron los únicos que lograron tocar el balón y organizar algo de fútbol ofensivo.
3. Ni Lukaku, ni Origi, ni Hazard, ni Mirallas... El único volante/delantero que dejó en pellejo en la cancha por los belgas fue Dries Mertens. La compañía hizo mucha falta durante estos partidos al jugador del Napoli.
Fumar es nocivo para la salud, pero los argentinos pueden cargar de tabaco la pipa del triunfo y volver a celebrar una aparición en semifinales, que a pesar de todo, se la han ganado con creces.