Debut bipolar ante Uruguay

Ocho años después Panamá ha tenido la oportunidad de volver a disputar la Copa América. Nuevamente en Estados Unidos, la selección tenía la clara misión -una vez conocido el sorteo de grupos- de competir y dar buenas sensaciones para demostrarle al continente que el crecimiento visto en el último tiempo no es casualidad. Claro, no era una tarea sencilla cuando en el debut tocaba un rival de la altura de Uruguay que llegaba al torneo como un candidato fuerte.

Más allá de la mejoría que se vivió durante la Copa Oro del año pasado, dudas se presentaban sobre el combinado nacional tras un muy flojo mes de marzo y los flojos desempeños ante los equipos caribeños en el arranque de las eliminatorias rumbo a la Copa del Mundo 2026, pero después de este primer partido de fase de grupos han quedado sensaciones mixtas.

Darwin y un día en la oficina

El libreto de Christiansen era muy claro para el arranque del partido: una línea de cinco en el fondo para contener el vértigo uruguayo y, de existir la posibilidad, castigar con la velocidad que se pudiera imprimir por los costados. No sería acertado decir que Panamá planteó un juego de replegarse por completo ante la posible superioridad charrúa, ya que ante la baja de Godoy no se puso a un jugador en ese puesto con las mismas responsabilidades, sino que se contó con el Fulo Martínez para tener mucho más toque.

Sea como sea, Uruguay sentó la bases de una superioridad marcada durante el primer tiempo con el primer gol. Tras una jugada por la izquierda, Maxi Araújo tuvo el tiempo y el espacio para definir desde fuera del área, colocando el balón casi en el ángulo para que Mosquera no tuviese ningún tipo de posibilidad de llegar. El momentum del partido se fue inclinando rápidamente hacia la posibilidad de que la ventaja obtenida por los pulilos de Bielsa se pudiera aumentar. 

Panamá se veía superada y agobiada, presentando claros problemas en salida con la presión alta que ponía sobre todo Darwin Núñez. El delantero del Liverpool tuvo la posibilidad de ampliar la ventaja para los sudamericanos en más de tres ocasiones, pero se enfrentó a una buena presentación del Kuty en portería y, hay que decirlo, con una habitual presentación del actual nueve de los Reds, donde ante situaciones de gol no supo resolver de la manera más adecuada para terminar celebrando. Terminaba el primer tiempo con una ventaja mínima, con la sensación de que podía ser mucho peor.

Responder a la altura de las circunstancias

Daba la sensación que las cosas empeorarían antes que mejorar para Panamá, pero sorpresivamente -para lo que veíamos- hubo un contrapeso por parte del combinado nacional. Se aprendieron de los errores en la primera mitad y en lugar de encerrarse mucho más, se planteó una atrevida pero efectiva respuesta al aplicar la misma calidad de presión en la salida ante los defensores uruguayos. Los primeros 20 minutos del segundo tiempo claramente se puso en jaque la ventaja que el conjunto charrúa había conseguido.

Pese a que no había en la medular panameña ningún futbolista de contacto, sino de más pase fino, ese trabajo de Carrasquilla y Martínez estaba rindiendo frutos con creces. Raro y cuestionable fue el cambio que el seleccionador hizo al 65' con la salida del Fulo, que estaba haciendo un partido indiscutiblemente notable para el ingreso de Jovani Welch. Este cambio fue el punto de inflexión para que Panamá perdiese la intensidad con la que se aproximó a la portería de Rochet.

Raro y cuestionable fue el cambio que el seleccionador hizo al 65' con la salida de Martínez, que estaba haciendo un partido indiscutiblemente notable

Ocasiones claras y no tan claras que Fajardo no pudo concretar, volvían los uruguayos a tomar las riendas del encuentro a partir de los últimos 25 minutos del partido. Faltando cuatro minutos para el cierre del encuentro, Uruguay aumentó la ventaja en el marcador tras haberse desentendido la defensa de las marcas en el balón parado que propició el gol y en esa caída emocional concretaron el tercer gol. Por fortuna Murillo sacó de su zurda un gran remate para que los nuestros no se fueran en blando en el marcador, pero el resultado ya estaba definido de hacía mucho.

La presentación ante el rival de mayor jerarquía del grupo no fue la catástrofe que muchos esperaban, sino que todo lo contrario. De dominados a dominadores por lapsos del encuentro, no cabe la menor duda que nuestro debut en Copa América fue algo bipolar. 

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