Sería una falacia no reconocer que si hubo un plus de entusiasmo para el inicio de esta nueva Copa de Europa era el regreso. El regreso. Veía datos antes del partido donde no me lo podía creer. Temporada 2014/15 desde la última participación. Aunque haya sido duro pero posible acostumbrarse a la idea que ser contendientes reales para estos torneos es más que complejo, nunca es sencillo digerir el no tener la posibilidad de volverse a sentir importante aunque sea las noches de martes y miércoles. Esas ausencias lastiman mucho, desde el orgullo de una institución y aficionados, así como en lo comercial; un club tan grande no puede darse el lujo de no estar donde el esfuerzo de muchos otros que decidieron marcar diferencia los ayudaron a alcanzar.
Ya no podía esperar más. La primera jornada cayó como anillo al dedo: jugando en casa ante el rival más accesible dentro del sector. No hay nada más importante en rondas como estas ganar en casa y con la mayor ventaja posible, es muy fácil irse por la puerta de atrás gracias a uno o dos goles. Con la cabeza puesta en eso, el partido se presentó desde el arranque como la lógica lo suponía: el local muy encimado al ataque ante el conjunto limitado, apacible desde su sector esperando un pase mal dado o una decisión mal tomada resultado de cualquier nervio estimable en un partido con protagonistas menores de 23 años. Creo que jamás voy a poder superar el hecho que a estas alturas escriba o hable sobre futbolistas mucho menores que yo, que viva la vida.
La lesión de De Ligt forzaba a buscar otra variante en el centro. Ten Hag consideró que la dupla De Jong-Blind sería la ideal mientras que Carel Eiting con mejor circulación que protección de pelota ocuparía el centro junto a Ziyech y Schone. No mucho tuvo que darse del partido para entender que hay malestares, sin importar el tiempo que transcurra, siempre afectan a la persona. Ver a este equipo jugar en Europa es un disco rayado: mucho vértigo, desperdicios por ansiedad y una terrible fragilidad tras pérdida del balón. Me quejaba de ello y alguien me replicó explicando que se debía a que nunca han cambiado el estilo de juego y que si nunca lo hacen seguirán así. Puede que tenga razón, pero imaginarse al Ajax sin su estilo de juego es como la vida sin sexo... sí, hasta esos extremos.
Quedó en evidencia que dos defensores centrales con única virtud de pasadores no es una opción balanceada para esa área de la zaga, donde el combate cuerpo a cuerpo los deja muy mal parados, principalmente al bueno de Frenkie; tener visión de campo y buena salida no compensan la falta de fortaleza natural requerida en la zona donde juega. Los griegos, con muy poca flexibilidad en su manera de realizar las transiciones del juego hacia el ataque, pusieron complicaciones fácilmente punibles por clubes con un nivel mayor de capacidad técnica. Tomando en cuenta que viene un derbi a la vuelta de la esquina, parece algo que debería tener cierto tipo de preocupación en los planes del estratega... ojalá.
Ante la amenaza de la suerte, la dupla de laterales Mazraoui y Tagliafico trabajó en la prevención de desbordes de peligro, logrando una buena recuperación en caso tal la jugada avanzase más de lo que la primera cobertura pretendía. Llegaron entonces los goles en los momentos más precisos para dejar fuera de la contienda al AEK: arrancando la segunda mitad al agarrar dormida a la defensa visitante con un gol de marcaje uno contra uno, desborde por izquierda para encontrar al rematador robando todas las espaldas haciéndose tiempo y espacio, hasta un centro/chut para agregar esa cuota de espectacularidad a un partido chato por mucho tiempo. Un poco más tarde, en Lisboa demostró el Bayern que ganará este grupo sin problemas; estos partidos demuestran que el camino será dramático, pero todos quieren estar en casa para no perdérselo.
Foto: UEFA
Ya no podía esperar más. La primera jornada cayó como anillo al dedo: jugando en casa ante el rival más accesible dentro del sector. No hay nada más importante en rondas como estas ganar en casa y con la mayor ventaja posible, es muy fácil irse por la puerta de atrás gracias a uno o dos goles. Con la cabeza puesta en eso, el partido se presentó desde el arranque como la lógica lo suponía: el local muy encimado al ataque ante el conjunto limitado, apacible desde su sector esperando un pase mal dado o una decisión mal tomada resultado de cualquier nervio estimable en un partido con protagonistas menores de 23 años. Creo que jamás voy a poder superar el hecho que a estas alturas escriba o hable sobre futbolistas mucho menores que yo, que viva la vida.
Quedó en evidencia que dos defensores centrales con única virtud de pasadores no es una opción balanceada para esa área de la zaga
La lesión de De Ligt forzaba a buscar otra variante en el centro. Ten Hag consideró que la dupla De Jong-Blind sería la ideal mientras que Carel Eiting con mejor circulación que protección de pelota ocuparía el centro junto a Ziyech y Schone. No mucho tuvo que darse del partido para entender que hay malestares, sin importar el tiempo que transcurra, siempre afectan a la persona. Ver a este equipo jugar en Europa es un disco rayado: mucho vértigo, desperdicios por ansiedad y una terrible fragilidad tras pérdida del balón. Me quejaba de ello y alguien me replicó explicando que se debía a que nunca han cambiado el estilo de juego y que si nunca lo hacen seguirán así. Puede que tenga razón, pero imaginarse al Ajax sin su estilo de juego es como la vida sin sexo... sí, hasta esos extremos.
Quedó en evidencia que dos defensores centrales con única virtud de pasadores no es una opción balanceada para esa área de la zaga, donde el combate cuerpo a cuerpo los deja muy mal parados, principalmente al bueno de Frenkie; tener visión de campo y buena salida no compensan la falta de fortaleza natural requerida en la zona donde juega. Los griegos, con muy poca flexibilidad en su manera de realizar las transiciones del juego hacia el ataque, pusieron complicaciones fácilmente punibles por clubes con un nivel mayor de capacidad técnica. Tomando en cuenta que viene un derbi a la vuelta de la esquina, parece algo que debería tener cierto tipo de preocupación en los planes del estratega... ojalá.
Ante la amenaza de la suerte, la dupla de laterales Mazraoui y Tagliafico trabajó en la prevención de desbordes de peligro, logrando una buena recuperación en caso tal la jugada avanzase más de lo que la primera cobertura pretendía. Llegaron entonces los goles en los momentos más precisos para dejar fuera de la contienda al AEK: arrancando la segunda mitad al agarrar dormida a la defensa visitante con un gol de marcaje uno contra uno, desborde por izquierda para encontrar al rematador robando todas las espaldas haciéndose tiempo y espacio, hasta un centro/chut para agregar esa cuota de espectacularidad a un partido chato por mucho tiempo. Un poco más tarde, en Lisboa demostró el Bayern que ganará este grupo sin problemas; estos partidos demuestran que el camino será dramático, pero todos quieren estar en casa para no perdérselo.
Foto: UEFA
No hay comentarios
Publicar un comentario