Forzando la suerte


La jornada de este sábado fue algo más que entretenida. Bendito fútbol que nos das de todo para aliviar los males, ojalá nunca pierdas esa mística que torneos en Medio Oriente o 48 equipos te quieren arrebatar tan descaradamente. Para esta fecha decidí compactar toda la actividad en un solo escrito, porque era imposible pensar en un trabajo para la posteridad que tan corto se quedase en cuanto a describir la energía irradiada en los cuatro terrenos rusos que tuvieron actividad.

Después del trabajo salí de fiesta, saliendo de la misma a las 4:30 de la madrugada porque, obvio, no me podía perder el partido de Francia que arrancaba media hora después. Nada se compara con esa necesidad de desconectarse de todo para dejarse llevar por los placeres que solo la Copa del Mundo ofrece. Por mi parte no tengo certeza de cómo describirlo, aunque creo ya a estas alturas no tengo el menor interés en hacerlo. Hablamos un poco del tema en unos cuatro capítulos.

Francia 2-1 Australia
Uno de los equipos candidatos arrancó su participación en la Copa con una victoria envuelta en demasiadas dudas. Sin un '9' de área el equipo de Deschamps apuntaba a una idea muy clara: recuperar por el medio en las transiciones rivales para poner a correr a una delantera complicada de marcar, pero poco a poco se fueron encontrando con la correcta lectura del partido por parte de los australianos en ese sector y las imprecisiones de Pogba en términos de ordenamiento defensivo. Al no poder llegar tan lejos tuvo que explotar el cambio largo a la espalda de los centrales rivales para encontrar el talento individual de Griezmann, Mbappé y Dembele. 

A pesar de la derrota, el equipo de Van Maarwijk no fue superado dentro de la cancha en términos tácticos. Entre el espigado Jedinak y un sobresaliente Mooi la labor de recuperación no fue tan cuesta arriba para lo que el escenario previo suponía. Dos jugadas revisadas en la computadora supusieron la ventaja definitiva para un combinado francés muy alejado de un funcionamiento que los haga sostenerse como uno de los peligrosos combinados a seguir en la competencia. El derrotado no puede ser descartado todavía en la lucha de este sector.

Argentina 1-1 Islandia
Desde hace muchas semanas venía sonando la alineación con la que Sampaoli presentaría a su equipo frente a uno de los dos debutantes este año. Mascherano y Biglia no parecían una opción congruente cuando se tiene la certeza que el rival iba a salir totalmente replegado. El pilar del centro respondía a una función de cobertura sobre las espigadas amenazas antes que buscar ofrecer salidas rápidas, algo que lo resintieron muchísimo los de arriba.

Los islandeses con su filosofía de repliegue cerraron todas las vías de oxigenación para el juego de Messi. Ni siquiera en los mejores lapsos del juego ofensivo argentino se vieron argumentos suficientes para romper el bien planteado candado, especialmente enfocado en las jugadas donde el Capitán sudamericano buscaba las líneas mínimas donde un posible disparo llegase. La nube de la incertidumbre crece cada vez más sobre quienes piden un minuto de silencio sobre los rivales.

Perú 0-1 Dinamarca
Así como dolió la derrota marroquí, el alma sintió esa punzada una vez más. La entraña que mantiene vivo mi amor al futbol sufrió con la debacle peruana. Aunque no saliera Guerrero como titular, eran muy claras las intenciones de sofocar hasta en el más mínimo detalle a una zaga danesa que, a pesar de las constantes aproximaciones, se mostró sólida en cuanto a manejo de la pelota y salidas con criterio. Los cuatro delanteros de llegada al área rival dejaron más desequilibrio y empuje que ocasiones realmente de gol en este encuentro.

Los daneses se encontraron con el tanto que los ponía adelante en el marcador gracias a la exagerada verticalidad de los dirigidos por el Tigre Gareca. Fuera del penal fallado por Cueva, los andinos ejercieron una presión asfixiante sobre el arco protegido por Schmeichel, pero en ningún momento lograron encontrar el equilibrio que tanto desborde requería para ser un argumento válido contra la eficacia y la disciplina táctica de los europeos. Un empate hubiese parecido el marcador más justo, pero en un torneo en los que sólo tienes tres encuentros para demostrar tus cualidades exige un margen muy mínimo de equivocaciones.

Croacia 2-0 Nigeria
El cierre de la jornada sabatina se dio en uno de esos encuentros raros de poder concretizar el análisis, sencillamente por las múltiples aristas que se fueron presentando durante el mismo. El conjunto africano fue el encargado de llevar la mayoría del volumen de juego al área rival por el vértigo de su ataque. A pesar de llevar la pelota a ciertas alturas incómodas para la zaga croata, nunca pudieron traducir esa presencia en ocasiones manifiestas que los pudiesen meter en el marcador.

Como no supieron aprovechar esto, el combinado europeo fue mucho más práctico en su juego. Con una velocidad de juego mucho menor, fueron forzando los errores, muy inocentes en su mayoría, de unos nigerianos que prácticamente les regalaron dos tantos. Reconoció el estratega croata Zlatko Dalic que ''tuvieron mucha suerte'' para sacar el resultado en un partido cerrado. Dieron muestra de cómo se juega con la cabeza fría y, en propias palabras del entrenador, fueron capaces de ''forzar la suerte''.

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