Lamento la demora por el texto de ayer, es que viví otro de esos momentos en que el fútbol te da una puñalada en el corazón por tan desafortunado desenlace que tuvo Marruecos en su participación. A veces sientes que el amor ofrecido para con unos colores no es correspondido por las acciones, justo como me sentí a ver el performance del equipo ante Irán. Por fortuna, la vida da revanchas... aparte de buenas alternativas como un encuentro llamativo que sostuvieron Egipto y Uruguay, así como obvio el encuentro estelar de la fecha. Desde diciembre todos estábamos de acuerdo en que el primer lugar del grupo se iba a definir en este debut. Poca cosa tener toda la presión de tener que resolver las cosas en las primeras de cambio.
El encuentro se estaba jugando desde la previa por todo el asunto de la convulsionada salida de Lopetegui. Ahora con Hierro a la cabeza de la escuadra incógnitas surgían por doquier; ante un rival de la envergadura del conjunto lusitano exigía encontrar una cohesión inmediata para con el plantel y el estilo de juego que el otrora futbolista busca desarrollar en las filas de este equipo. Para esto fue muy claro en su mensaje táctico al poner en los costados jugadores de un despliegue defensivo como el de Koke en el mediocampo y Nacho por el costado derecho, lógico entendiendo que la otra opción era el inexperto Odriozola.
Portugal era otra historia. Fernando Santos apeló a la filosofía que lo hizo Campeón continental asumiendo la posición de equipo replegado ante un rival dominante de la pelota y los tiempos de juego. Le costó la elaboración final por las constantes rupturas de líneas que los españoles forzaban desde los mágicos pies de Iniesta e Isco que confirmó su consagración como un referente de zona para un combinado muy lejano a mostrar debilidad frente a las circunstancias. De no ser por los regalos puntuales había una posibilidad de pensar en que los portugueses pudieron quedar fuera de competencia prematuramente.
No dio los resultados esperados la inclusión de Guedes como la mancuerna de Cristiano en delantera
Esa pasividad propositiva puede frustrar para quienes esperan mayor actividad en ambos sectores del campo, pero una escuadra tan bien dotada infringe mucho daño con menos de tres pases. Gonçalo Guedes evidenció su temor del escenario al mostrarse incapaz de resolver con mejor criterio situaciones divididas, algo negativo si busca perfilarse como la mancuerna de Cristiano Ronaldo por sobre André Silva. Esa falta de presencia en la delantera puso más cuesta arriba las cosas cuando Nacho puso la remontada y se empezaron a defender con dominio.
Pero ante las dificultades, Cristiano. Los tres disparos a portería de Portugal se tradujeron en la misma cantidad de tantos. Cuando más le necesitaron respondió; no hace falta insistir tanto en el área rival cuando se tienen las armas necesarias para forzar errores que te dejen de cara a gol. Y para coronar tan magistral actuación, mejor imposible que las caricias dadas a la esférica, no tengas pero suficientes para encontrar un ángulo y una fotografía soñada. CR7 nos dio la primera alegría grande de la Copa.
No hay comentarios
Publicar un comentario