La aerofobia es algo poco común en la población mundial, podríamos decir inclusive que la gente que lo padece es especial. En esos locos y curiosos casos del fútbol conocimos a uno de los mejores delanteros que el fútbol holandés ha dado en toda la historia: Dennis Bergkamp.
La formación de Bergkamp tuvo su inicio en la más prominente de las canteras en Europa: la del Ajax. Aquel niño de 11 años que firmaba con el Ajax vio el pasar del tiempo y cómo sus sueños y los de sus padres que le pusieron el nombre de un mítico futbolista escocés iban en buen camino.
Johan Cruyff lo hizo debutar en 1987 con el primer equipo Godenzonen, donde se mantendría por siete años, donde ganaría seis títulos (2 Copas UEFA, 1 Eredivisie, entre otros). Una considerable cantidad de títulos y 3 campeonatos de goleo bastan para que cualquier equipo te cotice en ligas más grandes que la holandesa, y Dennis no fue la excepción.
Emigró en 1993 para el Inter de Milán, donde, a pesar de ganar una Copa UEFA (1994), Dennis jamás llenó las expectativas del club, por lo cual, en el 1995 al llegar un conocido empresario a hacerse cargo del Inter le dio salida rápida a Dennis. El Arsenal sería su destino.
La gloria de Highbury
Junio de 1995 marcó un hito en la historia de todo el Arsenal y de la naciente Premier League en aquel entonces, ya que Bergkamp llegaba al Arsenal con las ilusiones de hacer la cosas bien y no defraudaría a nadie, sobretodo cuando llegaba Arséne Wenger, quien le utilizó de mediapunta, lo que significó su estallido en el equipo. 11 títulos domésticos hablan demasiado del gran nivel que desplegó Bergkamp durante todos sus años en el equipo, en el cual fue figura indiscutible durante todos esos lapsos.
La selección, ilusión
Probablemente los números de Bergkamp con la selección no fueron los más destacados en números (37 goles en 79 partidos), pero el fútbol que desplegó en los torneos en que estuvo con la Oranje no se le borrarán de la memoria a nadie. Tres Eurocopas (1992, 1996 y 2000) y dos Copas del Mundo (1994 y 1998) son parte de la experiencia del jugador, donde un Cuarto Lugar en la Copa del Mundo de 1998 fue el mayor logro.
Por encima de los torneos y las posiciones, el aporte que brindó a una selección con compañeros como Marc Overmars, Frank de Boer, Edgar Davids, Patrick Kluivert y otros más fue muy notable.
Bergkamp, en general, era una muestra del arte y la clase en el fútbol, de los últimos jugadores en el mundo con esas características. Sí, arte y clase, la colección de goles que se pueden sacar de éste holandés dejan a entrever lo expuesto. Si no creen en esa posibilidad, el Newcastle y la Selección de Argentina del ’98 pueden dar fe de lo que digo.
Es lamentable despertarse en éstos días y no tener en las canchas a un jugador de las características de Dennis, pero queda la para todos aquellos que tuvieron la dicha de verle en vivo que valió la pena, valió la pena cada segundo. Pudo haber sido un jugador que le tenía miedo a las alturas, pero no a las alturas de la grandeza del fútbol, las cuales alcanzó y nunca se bajó de ellas.
[Este artículo fue originalmente publicado en Fútbol Antiguo]