De impensado a inevitable


No podía arrancar esta semana de eliminatorias sin hablar de este tema. Repechajes de alto calibre no tendrán entre los equipos a Holanda, que luego de una gran cita mundialística ha terminado haciendo el ridículo. La situación, aunque muchos no lo crean, se podía preveer inclusive desde el tercer partido.

Me costó. Me costó mucho creerlo luego de aquel juego en Reikiavik, visualizando un escenario impensado desde toda perspectiva, pero inevitable luego del desarrollo de los compromisos siguientes: Holanda queda fuera de la Eurocopa.

Como vívido aficionado de esta selección ha sido algo bastante complicado de digerir, tanto así que el análisis de todas las aristas de la eliminación la publico hasta ahora. Es más preciso hacerlo con la cabeza fría que en un momento de euforia o decepción total.

Muchísimas preguntas saltan a la palestra, mucho después de la eliminación. Leo Beenhakker y múltiples caras más del voetbal han dado sus impresiones de lo que sucedió, dando fe de que hay circunstancias como la excesiva juventud y hasta la siempre discutida situación de la generación de jugadores; al entender de algunos, no llamada a ser una de las intimidantes de Holanda. Al revisar todos los elementos ofrecidos por las leyendas holandesas, creo que puedo concordar en casi todas.

Impensado
La situación al inicio de la eliminatoria ya se había convertido en usual: una buena Copa del Mundo, que a diferencia del sub-campeonato obtenido en Sudáfrica, había sido una actuación mucho más pintoresca por las circunstancias que se vivieron en cada compromiso de la gesta de Brasil. El siguiente compromiso en la agenda eran las eliminatorias a la Euro, torneo siempre deseado y tras lo visto en la cita mundialista, un objetivo posible para el conjunto Oranje, el cual debía mejorar algunos elementos dentro de su juego para, una vez clasificado, considerarse firme candidato.

Mientras todos pensábamos esto, llegaba la primera derrota en Praga. Ya no estaba Van Gaal en el equipo; la tarea de clasificar al equipo era del siempre querido Guus Hiddink, que dentro de sus primeras medidas como seleccionador fue cambiar el defensivo y explosivo estilo de juego visto en Brasil para regresar al habitual juego de llegada y posesión, con tres delanteros siempre desbordantes. Como el primer rival era 'de los complicados' en el grupo nadie dijo nada.

Para cuando el querido veterano colgó los guantes, la pelea estaba más que perdida.

En la segunda jornada hubo victoria en Ámsterdam sobre Kazajistán. Más allá de la superioridad y las bromas con personajes ficticios, se percibía mucha inseguridad en el equipo holandés, que afirmó esta inseguridad en su visita a Islandia, cuyo histórico resultado debió ser la primera gran alarma para el equipo, pero al parecer no fue así.

Una lógica goleada ante Letonia calmaba a medias las graves deficiencias del equipo que se lograron ver en algunos amistosos posteriores, que luego en el empate en casa ante Turquía ya finalmente detonaron en la boca de quienes tienen relevancia en la selección. La victoria en casa de Letonia era irrelevante, y eso lo entendió Hiddink, que muy tarde ya, decidió dar un paso al lado.

Inevitable
Por parte de la KNVB existía un plan de proyectos de trabajo ya del conocimiento público: luego de la renuncia ya anunciada de Van Gaal, Hiddink tomaría las riendas del equipo durante todo el proceso de la Euro, esto incluye su participación en la fase final hasta donde fuese posible. Una vez finalizado el torneo en Francia, le correspondería a Danny Blind hacerse cargo del equipo nacional de cara a las eliminatorias para el Mundial 2018.

Una de las principales razones por las que considero sucedió todo fue la demora en romper ese 'respeto' al plan de proyectos, pero que de una forma u otra lo tuvieron que hacer. La renuncia de Hiddink llegó una eternidad después de lo que el anuncio de destitución debió llegar; para cuando el querido veterano colgó los guantes, la pelea estaba más que perdida. Esto se ignoraba claro, porque las matemáticas todavía ayudaban.

Le daban a Holanda en el peor momento posible a la persona menos preparada.

El capitán de aquel Ajax que en 1995 había ganado la Champions gracias a aquel gol solitario de Patrick Kluivert en Viena tenía como mayor punto o grado de experiencia en el banquillo ser asistente (casualmente junto a su amigo Kluivert) de Lucho durante la pasada Copa del Mundo. Su historial previo habían sido puestos administrativos en el Sparta Rotterdam y Ajax. Le daban a Holanda en el peor momento posible a la persona menos preparada.

La lesión de Robben a la media hora era el primer indicativo de que las cosas no saldrían bien. En Ámsterdam, Holanda volvía a perder con Islandia. En ese momento fue entonces, que todos se dieron cuenta que algo estaba muy, muy mal. Sumergidos en un mar de dudas, la Oranje tendría que viajar nada más y nada menos que a Istambul, para pelear su puesto de repechaje del cual se aferraba con las uñas para entrar a la cita.

Holanda no soportó el infierno en el cual se convirtió Istambul y salieron goleados 3-0. Un equipo gris y con errores infantiles veía que la respuesta a su inercia era únicamente incapacidad. Desde la línea de fondo, con la desafortunada decisión de poner a Riedewald y Bruma titulares ante un equipo como Turquía... y en su casa. Adelante, Blind, que directamente intervino en el marcador con un error puntual que permitió uno de los goles turcos, reiterando el nulo nivel futbolístico, similar a lo que vivía en el Ajax por el 2010 (exageradamente deficiente para estar en un primer equipo).

Dentro de las fronteras neerlandesas no se están formando jóvenes en cantidades responsables que tengan esas cualidades distintas.

Encargados de hacer goles y generarlos (Klaassen, Sneijder, Depay, Van Persie...) nunca supieron del balón, lo que grita a los cuatro vientos una realidad del fútbol holandés: Holanda no tiene mediapuntas creativos; los veteranos ya están fundidos y los nuevos distan mucho de tener esas cualidades, es más, se entiende que dentro de las fronteras neerlandesas no se están formando jóvenes en cantidades responsables que tengan esas cualidades distintas.

Todo fue un caos para Holanda, absolutamente todo. Sin posibilidades de entrar directo a la Euro ya, la clasificación al repechaje ya no estaba en sus manos y ni siquiera dependía de ellos mismos que esa situación cambiase. La visita a Astaná fue más complicada de lo esperada, cosa que con la victoria turca ante los checos dejaba todo al dramatismo de la última fecha, pero con un resultado que se perfilaba negativo desde antes de vivirlo.

La última fecha iba a tener de todo, hasta mensajes de apoyo que sobrepasaban diferencias. Holanda tenía que salir a brillar, sin importar lo que pudiese suceder en Istambul, ellos sólo podían hacer su trabajo. No fue así. Con relativa facilidad y hasta un autogol de Van Persie, la Oranje caía derrotada en casa 2-3 y le decía adiós a la Euro después de 31 años de no estar en la cita. Más allá de todos los titulares que el hecho tuviese, la crítica a la actitud de ciertos jugadores y hasta a la misma convocatoria son un elemento a examinar.

El fracaso fue culpa de todos en cierta medida, pero esto no quiere decir que la cabeza de Blind sea la única en verse manchada por esto. El camino a Rusia 2018 será más largo para Holanda de lo que hubiesen imaginado, con la marca de la verguenza tras no poder clasificar a un torneo que brinda 24 cupos, que tiene dentro de sus finalistas a Albania, Gales, Islandia, Irlanda del Norte... Sólo les queda aprender de esta experiencia de cara a un futuro pronto, que pasó de algo impensado a algo inevitable.
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