Contemplar la euforia


La semana pasada se disputó en De Kuip una nueva edición de De Klassieker, donde el Feyenoord se impuso por la mínima al Ajax. Las victorias ante el más acérrimo rival siempre saben mejor que cualquier otra en cualquier otro día, pero siempre existen circunstancias que hacen posible disfrutar con otro matiz el duelo.

Este compromiso en Róterdam finalizó 1-0 en favor del equipo de casa gracias a una jugada a balón parado que se pitó al cuarto minuto de reposición del tiempo reglamentario, con un gol en propia puerta del Capitán del Ajax, Joel Veltman. Hay pocas formas en las que una victoria puede saber mejor.

Todo el sabor de una victoria se puede consumir en un sólo momento, en un instante, en un momento de explosión. De euforia colectiva. No hay descripción para la reacción de la afición local cuando cae el único gol del compromiso; silencio, se mira y escucha:



O simplemente se observa:


Son esas las sensaciones que uno espera siempre experimentar a la hora de ver un partido de fútbol. Con mucho mérito está el conjunto de Róterdam en la siguiente ronda de la Beker; confiando en tener algo más que euforia colectiva para avanzar de ronda y lograr el campeonato.
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