Aceitando las ideas


Mark Geiger y compañía hicieron posible que Panamá entrase en el foco de todos en las semifinales de la Copa Oro, por motivos conocidos y en los que, definitivamente no nos sentaremos a discutir. A pesar de no traer ese recuerdo del momento acá, de esa misma época es el tópico a discutir, más allá de las emociones suscitadas en aquellos momentos de euforia colectiva.

La presentación de la selección fue teniendo un incremento de argumentos futbolísticos, esto sin lugar a dudas. Pero no por esto deja de ser llamativo y hasta irónico que se aplauda una performance en la que, se empezaron ganando todos los partidos, y finalmente no se ganó ninguno. Sin ganar ni un sólo compromiso se alcanzó un digno tercer lugar.

Pareciera que nos hemos acostumbrado a saborear las mieles de la gloria con discretas y hasta mediocres actuaciones, como fue el caso de las eliminatorias. Eso si, sin poder superar esa condición de probar. Con esto no se aspira a una confrontación con la imagen de los personajes dentro de la cancha, ya que es imposible no aplaudir el esfuerzo y entrega que compromiso a compromiso dejan los jugadores, pero el hecho de que los resultados no acompañan es una realidad irrefutable.

Ahora bien, ha llegado una nueva jornada FIFA, la primera después de la temporada de selecciones nacionales. En pocas semanas de liga (alrededor del mundo) se aprecia una notable dejadez por parte de equipos y figuras, algo que se hace lógico pensando en que las vacaciones no fueron hace mucho tiempo atrás.

La selección de Panamá afrontará en casa un compromiso interesante ante Uruguay, combinado que a pasar de registrar bajas notablemente estelares, presentan un reto atractivo y exigente como por muchos años se le ha venido solicitando a nuestro equipo en la búsqueda del crecimiento y respeto que se hace necesario.

Es un compromiso en donde El Bolillo está llamado a pulir las falencias vistas en la Copa Oro. Como punto de partida se pueden atribuir estas deficiencias a la delantera, que indudablemente cargan con responsabilidad al igual que el resto de sus compañeros, pero sería injusto para este servidor exponer este único supuesto. 

Hagamos un poco de memoria, un poco, sin necesidad de revisar repeticiones. Del torneo celebrado en tierras norteamericanas la carga ofensiva fue impulsada casi en su totalidad por las bandas, recordando el interesante torneo de Eric Davis o Armando Cooper; esto no es un pecado, es una habitual practica en el fútbol de hoy en día, sin embargo, esta forma de ataque respondía a las evidentes falencias en la contención panameña con Gabriel Gómez y Aníbal Godoy, aunque este último ha tenido un crecimiento deportivo interesante posterior a las eliminatorias mundialistas anteriores.

Ambos mediocampistas han sido confirmados por el estratega de Panamá para este partido, será interesante ver el nivel de exigencia que puedan tener ante rivales de mayor nivel que los usualmente enfrentados.

Con una defensa eficiente a pesar de todas las indudables falencias con las jugadas a balón parado, pero esto parece algo más cultural que táctico, así como los dichosos últimos diez minutos de los partidos. La delantera necesita una nueva camada para la ya de hace mucho tiempo necesaria renovación, pero mientras esto suceda podemos contar con los lapsos importantes de Blas y Tejada en los partidos.

Del otro lado estará Uruguay, que se presentará en el Rommel Fernández sin Luis Suárez ni Edinson Cavani, mayores figuras del país de estos momentos. Al ser la pareja de delanteros titular, Washington Tabárez deberá seguir pensando en variantes lógicas para estos dos de cara al inicio de las eliminatorias sudamericanas que arrancan en unos meses. Para esta tarea los indicados parecen ser Jonathan Rodríguez y el veterano Cristian Stuani, teniendo mucha atención en el primero, ya que le ha podido ir ganando el pulso a otros delanteros charrúas como Rodrigo Mora o Nico López.

En el centro del campo no quedan muchas dudas con la veteranía de Arévalo Ríos y Carlos Sánchez, aparte de las contribuciones que puedan hacer otras variantes como Rolán para dar un empuje mayormente ofensivo y por los costados.

La parte baja de la estructura en la formación de Uruguay claramente es lo más vistoso y mejor, teniendo a un jugador de talla mundial como Diego Godín junto a otras figuras como Martín Cáceres, Chema Giménez y Maxi Pereira; ni hablar de la seguridad que ofrece un hombre como Fernando Muslera en la portería.

No esperemos un partido vistoso, pero dentro de las limitaciones tampoco uno discreto, pero es elemental que ambos técnicos utilicen este fogueo para poder aceitar las ideas, para que la eliminatoria ni el próximo partido de esta jornada FIFA no le pegue tan súbitamente a ambos seleccionadores.
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