Jogo distinto


Luego de tres procesos de eliminatorias mundialistas, no es Japón la primera selección nacional clasificada a la fase final de la Copa del Mundo. Para el Mundial en Rusia ha sido Brasil quien se ha adjudicado el honor de llevarse el primer cupo cuando todavía quedan cinco partidos por disputarse en al región de Sudamérica. Hace más de un año cuando empezó la carrera rumbo a la cita magna del futbol, nadie apostaba ni un solo céntimo por una escuadra que tenía dudas hasta en el menor de los detalles; hoy escasas personas pueden imaginarse a un mejor candidato para alzar la copa en Moscú el 15 de julio del 2018 próximo, incluyendo a este servidor. Apresurar las cosas siempre tiene desenlaces muy negativos, es por ello que se hace más prudente ir analizando poco a poco lo que ante la vista del mundo ha sido un indudable resurgir del conjunto verdeamarelho

Borrar de la memoria colectiva el increíble desenlace que tuvo esta selección en casa durante el Mundial 2014 será imposible. El orgullo de un país como este ante la clase de situaciones que se dieron tanto en las semifinales como en el partido por el tercer lugar ha quedado marcado, siendo estos dos partidos heridas que nunca se podrán sanar. Dunga fue re-llamado para tomar las riendas del combinando brasileño aún cuando su primer proceso fue extremadamente cuestionado, empezando por el hecho de que el futbol vistoso había desaparecido por completo. Ya el daño a la forma de juego estaba latente bajo el mando de Felipão Scolari, así que no parecía una idea del todo descabellada... del todo. Como muchos esperaban, las cosas no se dieron la forma esperada, reduciendo a una imponente selección a tal nivel de verse como una más del montón, inaceptable para los niveles acostumbrados. Con el fiasco ocurrido en la Copa América Centenario de ni siquiera superar la fase de grupos, era evidente que el proceso del Capitán de la selección ganadora en Estados Unidos 1994 debía detenerse con carácter de urgencia.

Increíblemente o no, se habló en algún momento de contratar a Pep Guardiola para el cargo dentro de la selección de Brasil, aunque fortunadamente esta contra -natura decisión nunca se llegó a tomar y se le dio paso a Tite. Adenor Leonardo Bacchi no era muy reconocido internacionalmente, pero era un nombre que de hacía mucho tiempo había rondado en la Confederación Brasileña para tomar el timón de un descarriado equipo, inclusive previo a la Copa del Mundo en propio terreno. Sin mucho esplendor en su corta carrera como futbolista, como estratega del Internacional de Porto Alegre y Corinthians, principalmente este último, había ganado mucho terreno dentro de todos los conocidos del futebol para que se le diera la oportunidad; más allá de su estrategia, por la forma de manejar los vestuarios y claro está, por los grandes éxitos conseguidos. Toda la confianza depositada en un entrenador con basta experiencia en el ámbito local, aunque nunca con una selección nacional, por lo que el reto era sumamente excitante así como difícil con todo lo que acarrea estar en ese banquillo.

Nueve partidos de eliminatoria y algunos amistosos después, La Canarinha no conoce otro resultado que no sea la victoria. Además de sumar siempre de a tres puntos, se puede ver un equipo realmente cómodo y feliz dentro de la cancha, algo que hacía demasiados años se había ausentado dentro de una selección acostumbrada al éxito interminable. Uno de los puntos más elementales del fútbol es que si no se disfruta no se puede jugar bien y realmente esta selección de Brasil ha entendido esta premisa a la perfección, aunado a esto la sencillez que demuestran dentro de la cancha es algo que difícilmente se pensaría de un equipo plagado de tantos futbolistas que en su día a día se encuentran rodeados de atención y de mucha presión, algo que realmente el entrenador ha sabido manejar de la forma más adecuada posible. Por encima del trabajo técnico y táctico, ser un motivador en un vestuario tan complicado como el brasileño, es un mérito que muy pocos pueden llegar a alcanzar con éxito.

Tite preferido el grupo por encima de cualquier otras variantes, tanto es así que jugadores que disputan la liga de fútbol China juegan en este equipo, algo que hace tres años hubiese sido una locura total. Brasil indudablemente está jugando muy bien pero hay algunos aspectos en los que en la histeria colectiva tersgiversa un poco la realidad, por ejemplo, el hecho de que esta selección juega ese clásico estilo de jogo bonito que por tantos años le dio muchas alegrías no solamente la afición de su país, sino a todos. ¿No hay jogo bonito en esta selección? No señoras y señores. Brasil es el único equipo de Sudamérica que realmente entiende a qué juega, pero no es aquello que tantas ilusiones nos generaba. Éste combinado dista mucho de tener las cualidades colectivas que pudo tener algún equipo con Ronaldinho, Roberto Carlos o Ronaldo no existe esa chispa.

El orden táctico es muy importante para el entrenador, el equipo juega muy bien en bloque y cubre a la perfección la mayoría del terreno de juego en aspectos de triangulación y circulación del balón. Posee figuras de primer nivel que tienen una capacidad individual amplia y que probablemente ni siquiera hemos visto al 100%, pero no dejan de ser individualidades que de vez en cuando sacan un chispazo de calidad y nos terminan regalando tantos de gran categoría. Los goles que se ven en este equipo son muy bien trabajados en el colectivo, lo que nos indica realmente que existe un gran orden táctico dentro de los planes de juego del entrenador. El jogo bonito es otra cosa, es osadía, alegría, ver cosas imposibles, cada cualidades que no entran necesariamente en lo que partido a partido está haciendo este combinado brasileño muy apegado a la estrategia y a la generación de espacios por medio de los volantes que halan marca en todos los encuentros.

Mucho deseamos que volviese ese juego bonito. Genera grandes sensaciones el poder ver una selección de Brasil imponente y hasta cierto punto invencible, pero no es fácil volver a lo que alguna vez fue algo tan generoso para el espectáculo del fútbol. De todas las lecciones que están disputando si un boleto rumbo a la copa del mundo, no cabe la menor duda que este equipo dirigido por Tite es el que mejor entiende a lo que busca en cada encuentro, es importante siempre para todo entrenador que sus pupilos capten la idea y la puedan transmitir dentro de la cancha. La Verdeamarelha es un equipo distinto, es un equipo feliz, equipo ganador. Dentro de todo esta euforia que causa ver de nuevo a este equipo disfrutar del juego, es importante recalcar que no es el tipo de juego que buscamos, es un jogo distinto.
© all rights reserved
Mano en el Área 2025