Después de una Copa Centroamericana que sirvió fundamentalmente para observar los dotes teatrales junto al amplio diccionario que posee el seleccionador Hernán Darío Gómez y cualquier otra cosa menos fútbol, el combinado nacional panameño salta a la cancha, esta vez en el Hexagonal. Luego de dos partidos disputados las sensaciones generales apuntan al éxito en la misión de llegar a una Copa del Mundo, aquello que se escapó de las manos en tan nefasto octubre de 2013. Como todo lo malo de la vida se traduce como ''experiencia'', este inigualable país de casi cuatro millones de habitantes entendió que primero hay que caerse para poder levantarse. De la mano del Bolillo se pretende lograr algo que hoy por hoy es bastante posible, debido a la mejoría del equipo así como en gran medida a la mediocridad que el resto de contendientes ha venido demostrando en los últimos dos años. Pero así como hay que recuperarse, es importante saber caminar antes de correr.
Cuatro puntos no sientan nada mal para haber arrancado el camino al Mundial. Un partido lleno de buena fortuna para los nuestros y un nulo espectáculo en la visita de los mexicanos han sido suficientes para haber conseguido técnicamente un tercio de las unidades necesarias para estar en el gran torneo. Como apuntaba anteriormente, mucha mediocridad de los rivales. Sin embargo, no todo es malo; la aparición de piernas frescas en la selección brinda una esperanza de que las cosas pueden venir para mejor a futuro, algo que pocas veces se puede decir en cualquier ámbito siendo panameños. Más allá del aporte al dibujo táctico, es positivo que se presenten rostros que quieren hacerse un hueco, dando el 100% en sus presentaciones. Aunque, claro, sabiendo que no todos tengan esa chispa necesaria para poder formar parte de una solución a corto plazo para diversas falencias que tiene este equipo.
Así como en la primera jornada, la tercera fecha del calendario presenta uno de los partidos más importantes en esta eliminatoria. De ninguna forma menospreciando los demás compromisos, jugar con los rivales a priori directos en la competencia suscita mucha expectativa y se cae de su peso que son resultados que dentro de unos cinco meses pesarán en las aspiraciones finales de cada país. Habiendo realizado el trabajo en San Pedro Sula, la otra visita en la que realmente Panamá debe procurar sacar un resultado lo más positivo que se pueda es en Trinidad y Tobago. Existe una ventaja importante en el hecho que las condiciones externas de esta clase de compromisos no afectan, dado que en el clima y condiciones de los terrenos de juego Panamá presenta muchas similitudes a los equipos rivales. No es un secreto para nadie que el Caribe le sienta muy bien a Panamá recientemente.
En cuanto a lo que va en la pizarra, con el ya confirmado 4-1-4-1 que presentará la selección en su visita a Puerto Príncipe, la idea es clara: contrarrestar la fuerza y velocidad rival partiendo con la idea de romper las líneas de pase. Al querer medir capacidades en el cuerpo contra cuerpo, Panamá adolecerá en este aspecto ante una imponente defensa trinitaria, siendo más igualado este duelo en lo que respecta a la defensa visitante ante ataque local. Román Torres y Felipe Baloy apelarán a la veteranía contra otro experimentado como Kenwyne Jones, que de su altura y facilidad para rematar de cabeza deberá tener mucho cuidado una zaga que históricamente siempre ha tenido problemas con las jugadas a balón parado. El trabajo para Amílcar Hemríquez y Aníbal Godoy será pesado; el mediocentro de Trinidad y Tobago es indiscutible para el estratega Dennis Lawrence.
Con Kevan George y Khaleem Hijland los caribeños ganan mucha presencia en el centro del campo. Los dos mediocentros indiscutibles tienen un trabajo fundamental en cualquiera de las formaciones que su entrenador presente, ya sea con uno o dos delanteros. No fue mera casualidad que en el primer encuentro de la Hexagonal se impusieran en la posesión del balón ante Costa Rica, que aunque no influyó directamente en el marcador, se asienta la idea de que robarle el balón a los ticos nunca es tarea fácil. Neutralizarlos parece ser bastante complicado, pero con una prudente salida del balón con el mismo a ras de suelo parece ser suficiente para evitar que los cambios de juego largos se hagan presentes por parte de estos dos contenciones.
Aunque no parezca del todo fácil, las posibilidades de sacar un buen resultado del estadio Hasely Crawford son altas si se entienden las llaves del mismo. Antes de pretender que la selección de Panamá estará en la Copa del Mundo, lo primero que hay que hacer es imponer la propuesta de juego que se tiene y el cual todos los seguidores aspiran a que sea suficiente para llegar a Rusia en junio del próximo año. Estos son los partidos que se deben ganar, ya que esa cuarta plaza de la tabla, que es a lo que realmente se aspira, tiene dos nombres como rivales, y a uno ya se le venció en casa. Lo único que pide este servidor es que no rebanen la pelota de un lado a otro como si fuera un partido de tenis, aunque a veces esto parece ser mucho pedir para algunos combinados nacionales.