Cuando se dio la separación de FIFA con France Football de cara a la premiación del mejor jugador del mundo en el año se especulaba mucho con que la revista francesa iba a entregar el galardón al galo Antoinne Griezmann. Sin embargo, la tranquilidad con la que arrasó el astro portugués las votaciones del Ballon D'Or dejaban claro cuál iba a ser el próximo ganador de la distinción otorgada en esta ocasión por el ente rector del fútbol mundial. El primer The Best ha sido Cristiano Ronaldo. Como se apuntó el año pasado en este espacio, estas distinciones carecen de un valor realmente significativo para quienes analizamos este deporte día a día, principalmente debido a que no existe un verdadero criterio para elegir esta distinción; no hay claridad en saber si se trata por rendimiento individual, por títulos obtenidos a lo largo de la temporada o por simple nivel de popularidad.
En los pasados diez años pareciese que han sido los últimos dos criterios los que prevalecieron para periodistas, capitanes y entrenadores a lo largo de todo el mundo. Algo que no se les puede culpar, hoy el fútbol está diseñado para ser un espectáculo en donde la supremacía individual se ha reducido a únicamente dos nombres. Lo curioso de todo es que a lo largo del tiempo, un trofeo que realza especialmente la figura en solitario generalmente termina por definirse gracias a la cuantía de galardones en colectivo que dicho jugador terminó obteniendo en el año calendario. Dejar la ventana de criterios tan abierta no permite que todos queden satisfechos realmente con este tipo de premios. Aunque realmente sería bastante aburrido que todos estuviésemos de acuerdo.
A criterio de este servidor el mejor jugador del 2016 fue Antoine Griezmann. Con lo poco que tuvo a su alrededor fue quien más empujó tanto a su equipo como a su selección en unos meses de mayo, junio y julio bastante ajetreados; desafortunadamente para él, se fue con las manos vacías. Pero vamos, que el francés me haya parecido el mejor jugador del año de ninguna forma podría demeritar lo que consiguió CR7 durante el 2016. Distando mucho de tener un año notablemente lúcido en el desarrollo de fútbol individual, el portugués logró aportar atributos que en el desarrollo del juego también representan una cuota sustancial del éxito obtenido por los colores que defendió y representó con goles y uno que otro salto de celebración popular realizado por el mismo.
Quitando unos muy buenos y cuantiosos goles realizados por el jugador, el primer aporte que tuvo fue su presencia en cada proceso decisivo de los torneos. Se cae de su peso que estaba en la cancha, pero lo que se quiere dar a entender es la facultad que tuvo el mismo para poder apoyar a sus compañeros inclusive cuando no se pudo hacer presente en momentos delicados, como puntualmente puede ser la Final de la Euro, en donde tras salir lesionado en el primer tiempo, insistió desde un costado de la cancha alentando a sus compañero, inclusive a Éder, quien terminaría siendo el héroe del partido con el gol decisivo. El empuje que puede aportar un futbolista del nivel de Cristiano evidentemente incide en la moral de los jugadores a su alrededor, lo que crea una dinámica distinta a lo interno.
Fue un año muy difícil en cuanto al fútbol para Cristiano y sus equipos, ya que pegados a los asientos y tribunas se encontraron los aficionados del Real Madrid y Portugal durante sus respectivos torneos. Remontar en cuartos de final y ganar en penales la Champions, así como campeonar la Eurocopa tras no ganar ni un solo juego en la fase de grupos son agobiantes formas de sufrir que no cualquiera puede manejar, y eso fue algo que hizo el astro lusitano, campeón del sufrimiento.
A criterio de este servidor el mejor jugador del 2016 fue Antoine Griezmann. Con lo poco que tuvo a su alrededor fue quien más empujó tanto a su equipo como a su selección en unos meses de mayo, junio y julio bastante ajetreados; desafortunadamente para él, se fue con las manos vacías. Pero vamos, que el francés me haya parecido el mejor jugador del año de ninguna forma podría demeritar lo que consiguió CR7 durante el 2016. Distando mucho de tener un año notablemente lúcido en el desarrollo de fútbol individual, el portugués logró aportar atributos que en el desarrollo del juego también representan una cuota sustancial del éxito obtenido por los colores que defendió y representó con goles y uno que otro salto de celebración popular realizado por el mismo.
Quitando unos muy buenos y cuantiosos goles realizados por el jugador, el primer aporte que tuvo fue su presencia en cada proceso decisivo de los torneos. Se cae de su peso que estaba en la cancha, pero lo que se quiere dar a entender es la facultad que tuvo el mismo para poder apoyar a sus compañeros inclusive cuando no se pudo hacer presente en momentos delicados, como puntualmente puede ser la Final de la Euro, en donde tras salir lesionado en el primer tiempo, insistió desde un costado de la cancha alentando a sus compañero, inclusive a Éder, quien terminaría siendo el héroe del partido con el gol decisivo. El empuje que puede aportar un futbolista del nivel de Cristiano evidentemente incide en la moral de los jugadores a su alrededor, lo que crea una dinámica distinta a lo interno.
Fue un año muy difícil en cuanto al fútbol para Cristiano y sus equipos, ya que pegados a los asientos y tribunas se encontraron los aficionados del Real Madrid y Portugal durante sus respectivos torneos. Remontar en cuartos de final y ganar en penales la Champions, así como campeonar la Eurocopa tras no ganar ni un solo juego en la fase de grupos son agobiantes formas de sufrir que no cualquiera puede manejar, y eso fue algo que hizo el astro lusitano, campeón del sufrimiento.