Entre la frustración del inicio de un nuevo año y el hastío de desayunar con pan de rosca, las ansias porque regrese al completo el fútbol grande son muchas. Si bien es cierto la Premier League está en actividades, pero como hace poco vimos, la realidad con este certamen es que deja muchas dudas y cosas sobre el tapete para analizar de cara a un desarrollo a corto/largo plazo. Entonces, como la variedad siempre es necesaria en todos los ámbitos de la vida, que todavía no arranquen propiamente el resto de competiciones a lo largo de toda Europa es algo que empieza a desesperar aunque ya poco falte para ello. Sin embargo, cuando vemos qué ligas vienen en camino de reanudar sus actividades, hay que tomar con pinzas esa euforia para ser un poquito selectivos.
Italia. Se hace necesario sentarse a analizar todo lo que está sucediendo en el Calcio italiano, porque ciertamente dan ganas de llorar el pensar lo que alguna vez fue esta liga al compararla con lo que hoy se hace perceptible a simple vista para todos los que buscan disfrutar realmente de partidos con un grado importante de desempeño futbolístico. Siendo cada vez menos atractivo para la vista de todos, se hace imposible no ponderar de forma importante todos aquellos destellos que generen ilusión en lo que es un campeonato el cual parece condenado a sufrir los mismos descalabros que naciones como Holanda o Rumania por solo mencionar unos pocos de quienes con el pasar del tiempo fueron sucumbiendo ante el progreso de nuestro amado deporte en otros lares.
Si hay una institución que vive en carne propia esta clase de sensaciones es sin duda el AC Milan. El glorioso equipo rossoneri vive un presente muy lejano a lo que hace cinco o seis años alguna vez vivió, causado por la ausencia de relevos generacionales a la altura, una mala administración y porque los amos y señores del fútbol en Italia se encuentran en Turín. Colándose entre los tres primeros lugares de la clasificación durante la primera mitad de la presente temporada, la escuadra dirigida por Vincenzo Montella quiere devolverle las ilusiones a una afición que ha sido muy pisoteada últimamente. La clave se ha encontrado en los goles de Carlos Bacca y en un equipo que ,con todos sus altibajos, ha mostrado una juventud comprometida con la causa, algo que rememora los años dorados de esta institución.
Aunque sería una blasfemia comparar alguno de los canteranos con un corazón milanista como Franco Baresi, no se puede negar que hay bastante empuje. El más destacado de todos es el que da la razón principal de hacer este texto. A estas alturas Gianluigi Donnarumma no necesita mucha presentación, pero las expectativas que se generan al verlo jugar jornada tras jornada hacen que hasta el más excéptico con el fútbol de la Serie A se llene de júbilo. Ciertamente hay muy pocos países que puedan presumir de generar tantos guardametas de calidad como Italia, pero el caso de Gigi tiene un eco mucho mayor por la efervescencia con la que todo se le ha venido dando a este jugador. Defender la portería de un club histórico por primera vez a los 16 años es un privilegio que muy pocos tienen, aunque claro está, medir 1.96 también es un factor que impulsa a convencerse un poco más de las posibilidades en la posición que ocupa.
Pero más allá de la estatura, Donnarumma en el tiempo que ha estado brillando frente a todos los reflectores ha dejado muy en claro su capacidad de respuesta ante situaciones difíciles, siendo los reflejos y la velocidad sus mayores virtudes para defender una portería propensa a cuantiosas aproximaciones por partido. Aunque todavía le cuesta leer las jugadas, el tiempo que sin duda le queda por vivir le ayudará a pulirse paso a paso. Más que una cara fresca del fútbol, a sus 17 años de edad este jugador ya es todo un personaje en el mundo del fútbol, llegando justo a tiempo para empezar a encaminar a aquel que deberá ser el sustituto de Gianluigi Buffon en unos cuantos años como el referente de porteros italianos.
La batuta pasará de Gigi a Gigi, algo que representa otra de esas curiosidades que sólo el fútbol puede tener; aunque pareciera lo más lógico, ya que muy pocos podrían llenar los zapatos, o en este caso guantes, que dejará el guardameta de la Juventus una vez decida ponerle fin a su carrera. Si todo marcha al ritmo en que está, Donnarumma será el responsable de llevar un legado bastante pesado, uno de verdaderos reyes del fútbol, pero que ha demostrado hasta el momento que será capaz de llevar.