Hoy es la Final de la Europa League en su edición 2015/16. Un torneo excesivamente largo, pero una ventana importante para aquellos equipos fuera de la órbita Real Madrid-Barcelona-Bayern para sumar experiencia internacional, así como un buen aporte económico, el cual dependerá lógicamente del rendimiento que tenga cada club. Sin duda alguna es una forma más de hacer negocios y de seguir sacándole al jugo a la ya extinta Copa UEFA, aunque tampoco puedo ponerme de inquisidor al completo, ya que el evento ofrece espectáculos en los que a veces supera a su hermano mayor.
Desde la capital suiza dos equipos brindarán un espectáculo que promete ser generoso tanto para aficionados como para simples amantes de este deporte, en donde, al entender de este servidor, los pronósticos son reservados. Haciendo un recuento de lo que fue la temporada en esta competencia, pocos podrán quedar insatisfechos por la presencia de estas dos escuadras, viendo con claridad que frente a frente estarán los dos mejores en donde sólo uno podrá ser Campeón.
Por un lado, estará el Liverpool. El equipo que nunca camina solo arruinó las ilusiones de tener dos finales europeas con clubes españoles, habiendo eliminado de forma clara al Villarreal en la semifinales de la competencia. En una clara y paulatina influencia de su estratega, los Reds fueron de menos a más en el transcurso de una competencia en la que tuvieron una fase de grupos sin mayores sobresaltos ni para rescatar, para luego hacer una labor en cierta medida increíble en las fases de eliminación directa, en donde se debe resaltar, le tocaron rivales complicados desde la ronda de octavos de final.
Teniendo como estandarte principal el épico encuentro ante el Borussia Dortmund en cuartos de final, de un gran manojo de nervios pasó a irradiar seguridad así como felicidad el conjunto inglés, tal y como la cara del incomparable Jurgen Klopp lo demuestra. Llevando la pelota a ras de suelo y con certeza en la distribución de juego, los Reds presentan argumentos suficientes para ser tomado como un contendiente serio frente al Bicampeón. La inestabilidad entre líneas que pueda provocar Phillipe Coutinho será fundamental, aunado al trabajo que nombres como Emre Can y Adam Lallana, siendo ejes fundamentales en la transición de velocidad de juego que proyecta este conjunto.
Cuando uno hace referencia al Sevilla, las palabras sobran unas veces y hacen falta en otras. Para el conjunto español el encuentro que se disputará en Suiza no será uno más, algo que se explica más allá del hecho de ser una final, sino que se traduce en una oportunidad única de convertirse en Tricampeones de un torneo internacional. El duro golpe que significó el fracaso en la fase de grupos de Champions lo pudieron compensar con meterse nuevamente en el encuentro decisivo de este torneo, en donde claramente no aceptarán otro resultado más que la victoria.
Si algo le sobra a este equipo es experiencia y calidad. Pese a no haber sido la mejor temporada en términos generales para los andaluces, su pragmático y directo estilo de juego han sacado de aprietos en múltiples ocasiones a los pupilos de un Unai Emery que parece tener comprada la fórmula para intimidar de más a sus rivales algunas veces. La explosividad que se encuentra en las bandas se complementa a la perfección con la picardía de la artillería ofensiva, liderada por el escurridizo Kevin Gameiro y desde más atrás con las salidas de juego que realiza el argentino Eber Banega.
Realmente complicado es ver a alguno de estos dos equipos ganando con claridad este torneo. A pesar de que los españoles no lleguen tan bien cuanto a su forma por los recientes resultados obtenidos, se hace pertinente hacer la observación de que ha ido guardando muchas piezas importantes el técnico español. La única promesa que con certeza, espero, puedan cumplir ambos clubes, será con el de un buen espectáculo, y que al concluir todo veamos simplemente una lluvia de sonrisas en Basilea.
Teniendo como estandarte principal el épico encuentro ante el Borussia Dortmund en cuartos de final, de un gran manojo de nervios pasó a irradiar seguridad así como felicidad el conjunto inglés, tal y como la cara del incomparable Jurgen Klopp lo demuestra. Llevando la pelota a ras de suelo y con certeza en la distribución de juego, los Reds presentan argumentos suficientes para ser tomado como un contendiente serio frente al Bicampeón. La inestabilidad entre líneas que pueda provocar Phillipe Coutinho será fundamental, aunado al trabajo que nombres como Emre Can y Adam Lallana, siendo ejes fundamentales en la transición de velocidad de juego que proyecta este conjunto.
Cuando uno hace referencia al Sevilla, las palabras sobran unas veces y hacen falta en otras. Para el conjunto español el encuentro que se disputará en Suiza no será uno más, algo que se explica más allá del hecho de ser una final, sino que se traduce en una oportunidad única de convertirse en Tricampeones de un torneo internacional. El duro golpe que significó el fracaso en la fase de grupos de Champions lo pudieron compensar con meterse nuevamente en el encuentro decisivo de este torneo, en donde claramente no aceptarán otro resultado más que la victoria.
Si algo le sobra a este equipo es experiencia y calidad. Pese a no haber sido la mejor temporada en términos generales para los andaluces, su pragmático y directo estilo de juego han sacado de aprietos en múltiples ocasiones a los pupilos de un Unai Emery que parece tener comprada la fórmula para intimidar de más a sus rivales algunas veces. La explosividad que se encuentra en las bandas se complementa a la perfección con la picardía de la artillería ofensiva, liderada por el escurridizo Kevin Gameiro y desde más atrás con las salidas de juego que realiza el argentino Eber Banega.
Realmente complicado es ver a alguno de estos dos equipos ganando con claridad este torneo. A pesar de que los españoles no lleguen tan bien cuanto a su forma por los recientes resultados obtenidos, se hace pertinente hacer la observación de que ha ido guardando muchas piezas importantes el técnico español. La única promesa que con certeza, espero, puedan cumplir ambos clubes, será con el de un buen espectáculo, y que al concluir todo veamos simplemente una lluvia de sonrisas en Basilea.