El fútbol (no) olvida


La percepción de lo que debe ser una historia de vida de un jugador con con un club es totalmente distinta a lo que muchos de ustedes mismos podrán decirme que se vivía a mediados de los 80's e inclusive de los 90's, donde empezaron a romperse por completo las barreras en todo sentido del fútbol, primeramente a nivel comercial.

Con tanta inmediatez y exagerada celeridad en las cosas, es la forma en la que funcionamos en el siglo XXI. Dentro del fútbol pocos son los que pueden sentar una carrera y formar una historia de vida de la mano de un sólo club o de pocos, tanto para jugadores como para estrategas. A pesar de que pasó por el banquillo de otros clubes de primer nivel y obtuvo cosas importantes, la relación de José Mourinho con el Chelsea debe considerarse algo más que especial. Esa, es una historia de vida del fútbol.

El arranque de la temporada 2015/16 le ha sentado muy mal al conjunto blue, a tal punto de tener descartada la posibilidad de pelear por el título con apenas once compromisos disputados. Una situación que en la previa de la temporada absolutamente nadie lo podía preveer, y por lo increíble de la situación, todos apuntan a una conclusión bastante lógica: Mourinho debe salir del Chelsea.

Una premisa impensable, ¿que salga el portugués del equipo de sus amores por malos resultados? Pareciese ser el sueño de muchos que desde su gestión en el Real Madrid sentaron un odio oficial por el estratega, pero que al final del día no existen argumentos fuertes en el hoy por hoy que puedan abogar para que permanezca en su puesto y redirija las cosas dentro del vestuario londinense.

Mourinho no se va a ir del Chelsea. Creo que todos debemos empezar a pensar en esto antes de emitir impresiones respecto a la situación que vive el club inglés. Un mal momento deportivo lo puede vivir cualquier escuadra y a cualquier nivel, esto sucede desde primera hasta undécima división; teniendo en cuenta el escenario del mal momento que se encuentra sumergido la institución, las esperanzas recaen en que una victoria reencamine las cosas y haga que el equipo se reencuentre con su fútbol dinámico a pesar de la conservadora formación siempre aplicada.

A pesar de que este servidor comparta la teoría de que en cualquier momento el conjunto inglés reaccionará y peleará hasta donde la medida de sus posibilidades le permitan, el partido ante el Liverpool me permitió observar algo que sí pudiese considerarse preocupante a largo plazo. Más allá de la superioridad rival e incapacidad local, lo que me dejaba atónito era la incapacidad del propio técnico portugués, que nunca supo cómo descifrar la red de posesión que le arrojó Klopp.

Sin mirar el resultado, aquella imagen de Mourinho incapaz de encontrar la solución a los problemas fue lo más impactante. Esa postal del compromiso me hicieron entender que el tope de tan polémico estratega lo hemos visto. De aquí en adelante, será muy complicado volver a ver sorprendentes novedades tácticas dentro del Chelsea.

Ese debe ser el principal foco de discusión. El final de una era de creativas/discutidas soluciones. Anotar y defenderse 80 minutos lo puede hacer cualquiera, e inclusive en la manera de cómo defenderse tan extendidamente Mourinho ha perdido la iniciativa. El descanso le vendría bien, aunque pensar en esto es algo más que soñar.

Habrá que esperar para ver si se el camino vuelve a ser claro para el equipo inglés. De serlo así, el portugués regresará a su condición de estratega indiscutible, aprovechando la premisa de que, para bien o para mal el fútbol no tiene memoria. Aunque si de estrategia se trata, esta memoria puede ser que presente algunas  diferencias.
© all rights reserved
Mano en el Área 2025