Corregir sobre la marcha


Una eliminación en la fase de grupos de la Liga de Campeones estaba más que esperada en las filas del Ajax de cara a esta temporada. La plantilla más joven de los últimos cinco años tuvo que vérselas con el Barcelona y PSG, donde definitivamente las cosas no salieron del todo bien. A falta de un partido por disputarse en la fase de grupos, las prioridades de la campaña deben encaminarse a otras cosas.

Si hubo algo que pudo aprender Frank de Boer y sus pupilos de esta experiencia es, además de establecer las abismales diferencias deportivas que se generan cuando el dinero y otras aristas se involucran en el fútbol, que a los delanteros del conjunto de Ámsterdam les cuesta hacer goles. Si no hay un delantero que pueda ofrecer garantías de gol, entonces, ¿para qué jugar con delanteros?

Al seguir tanto a este equipo me empezaba a hacer esa pregunta, que al leerla en voz alta suena como una gran tontería, pero que si se analiza de manera prudente tiene sentido, e inclusive se puede hacer. Pero no, no es admisible que un equipo con tantos delanteros talentosos en su haber tenga que padecer de una gran crisis de goles con los jugadores más adelantados.

Si no hay un delantero que pueda ofrecer garantías de gol, entonces, ¿para qué jugar con delanteros?

Kolbeinn Sigthórsson no necesita presentación... o por lo menos no en este blog. Después de tres años al fin se daba la oportunidad total para que el islandés se convirtiera en el killer de Ámsterdam, el delantero número uno en la lista del equipo, sólo teniendo como competencia a un muchacho polaco llegado en calidad de cedido, un tal Arek Milik, quien aparte de su temporada con el Augsburg en la Bundesliga pocas referencias tenía. Esta temporada era la indicada.

Hoy, quince jornadas de liga, cinco de Liga de Campeones y unas cuantas de copa holandesa después del arranque de la campaña las cosas distan mucho de parecerse a lo que se tenía en la previa. En detalles como estos se encuentra la belleza del fútbol. El día que deje de ser impredecible ya no valdrá la pena en lo más mínimo.

¿Qué fue lo que sucedió? Aparte de la inoperancia del islandés, una seguidilla de goles para Milik, en lo que se incluye un encuentro donde él solo hizo seis goles, fueron convenciendo poco a poco al entrenador De Boer que era momento oportuno de un cambio de nombre en el puesto titular.

Los cambios se hicieron notar, ya que el polaco está aportando goles y oportunidades claras, las cuales se traducen en una evidente mejoría en los resultados que el conjunto Godenzonen estaba teniendo a inicios de la temporada.

Corregir sobre la marcha, una práctica poco empleada en el fútbol de nuestros días. 
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