La Belgian Pro League atraviesa un proceso de reinvención que busca garantizar su supervivencia en el competitivo panorama del fútbol europeo. Aunque no goza del mismo impacto mediático que las grandes ligas del continente, la Primera División belga ha logrado resultados económicos notables: 237 millones de euros en beneficios y un gasto de 384 millones en el último mercado de fichajes.
Según explicó el presidente de la liga, Lorin Parys, en una entrevista con Off the Pitch, el éxito financiero se debe a un modelo de gestión que prioriza la sostenibilidad, la formación de talento y la estabilidad institucional. La estrategia se centra en fortalecer los cimientos económicos de los clubes mediante un fair play financiero más estricto, que incluye un límite salarial progresivo y la obligación de mantener un patrimonio neto positivo.
“Lo peligroso es acumular pérdidas tan grandes que el club se vuelva inestable y termine en manos de inversores malintencionados”, advirtió Parys. “El patrimonio neto positivo garantiza que cada institución mantenga el control sobre su futuro”.
Además, la liga ha implementado bonificaciones para los equipos que apuesten por sus canteras, buscando consolidar un modelo basado en la formación de jugadores y la autosuficiencia deportiva.
De cara al futuro, la Belgian Pro League aumentará de 16 a 18 equipos a partir de la temporada 2026/27, un cambio que busca dinamizar la competencia y responder a las demandas de los aficionados y los clubes.
Parys también descartó una posible fusión con la Eredivisie neerlandesa, una idea que ha resurgido en varias ocasiones. “Estamos abiertos a innovar, pero no estamos trabajando en esa propuesta”, concluyó.
Un modelo modesto, pero sólido, con el que Bélgica busca mantenerse relevante en el mapa futbolístico europeo.
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