El cierre de la Supercopa de España fue un éxito total ya que en las semifinales pudieron avanzar tanto FC Barcelona como Real Madrid, permitiendo un lleno del estadio y nos ahorrásemos las bochornosas de vacíos en la cancha, ya que como todos sabemos, es más importante el dinero que darle oportunidad a los aficionados de verdad poder ir a apoyar a su equipo.
Sea como sea, las expectativas estaban por todo lo alto ya que, bueno, eso es lo que inspira un Clásico. En la previa muchos veían como favorito a los catalanes, pero este supuesto no podía permitir que se diera por sentado el hecho que los capitalinos no tuviesen posibilidades, ya que los partidos decisivos son su hábitat natural.
Aluvión inicial
Los dos equipos presentaban sus onces -dentro del contexto actual- de gala para la cita en Arabia. El Barcelona apretaba en los instantes iniciales llevando el balón por arriba para que Courtois tuviese que exigirse a fondo, lo que nos daba la impresión de que los blancos pasarían un problema si no coordinaban el movimiento de la última línea defensiva... pero fue entonces que cayó el primer gol.
Después de un córner blaugrana que fue despejado del área chica, Casadó perdió el balón con Vinicius, quien de primera jugó con Mbappé para que el francés arrancara con la pelota y terminar el contragolpe con un disparo que despistó tanto a Szczęsny como Balde, que venía presionando al delantero. Apenas iban cinco minutos de partido. Cuando un encuentro recibe gol tan pronto solo pueden haber dos destinos posibles: que termine con el marcador por la mínima o que vengan goleadas... y vaya que así lo fue.
El Madrid tenía la ventaja pero la dinámica del encuentro se mantenía como en los instantes iniciales, donde Pedri avanzaba hasta los últimos 35 metros de la cancha para buscar el desequilibrio de Raphina y Lamine, que estaban siendo un verdadero dolor de cabeza para los laterales rivales. Era muy evidente que, salvo un cambio drástico en la profundidad merengue, la igualdad no demoraría en llegar.
Y así fue. Al 22' el Barcelona aprovecharía una recuperación para encontrar adelantada a la defensa del Madrid, donde Lewandowski con un elegante toque de primera le brindaba una gran oportunidad a Yamal, quien con espacio para avanzar se dispuso a regatear y con un sutil pase al fondo de las redes igualaba las acciones, dejándonos no solo la igualdad sino -a criterio personal- el mejor gol del partido. El empate fue el punto y final para el conjunto blanco, que no supo gestionar el momentum de su rival a partir de este instante.
Sobre la media hora, Camavinga en el afán por despejar un centro hizo un contacto claro sobre Gavi en el área, cuya consecuencia fue un penal que Lewandowski canjeaba por gol al 36'. Apenas tres minutos después Raphinha volvía a castigar tras un centro espectacular que encontraba su cabezaso ante la mirada impávida de Lucas Vázquez y Tchouaméni, incapaces de poder reaccionar ante una jugada que claramente debía ser resuelta por cualquiera de los dos. Cuatro goles finalmente terminaron haciendo los catalanes tras aprovechar una jugada de laboratorio mal ejecutada por parte de los merengues, castigando con un gol de Balde en la reposición de la primera parte.
Complemento sobrante
La segunda mitad arrancaba con una desazón generalizada en el ambiente, no solo por los jugadores del Madrid, sino por todos los que presenciaban. Un 4-1 era una losa bastante pesada de cargar para cualquiera, ni siquiera para el equipo de las remontadas épicas se veía realizable la proeza, sobre todo por la falta de actitud y las graves falencias tácticas que Ancelotti no tuvo la visión de enmendar en el descanso.
Mientras los árabes terminaban de regresar a sus asientos en el King Abdullah, cayó el quinto gol del Barcelona. Raphinha hacía un slalom entre la defensa del Madrid y hacía su doblete de la noche ante la portería de un Courtois que hacía lo posible para que el resultado no fuese una vergüenza histórica. A este punto no había vuelta atrás en el marcador.
Cuatro goles de distancia hicieron que el entrenador merengue tratara de enderezar las cosas, por ello dio salida a Camavinga, Vázquez y Tchouaméni que claramente fueron los principales responsables de los enormes agujeros por los que el Barcelona terminaba haciéndoles daño. En el transcurso de los minutos, lo peor que le pudo pasar al encuentro ocurrió: la expulsión de Szczęsny.
La salida del portero polaco si bien es cierto permitió que Rodrygo anotase el segundo gol del Madrid y daba esperanza de que con ello pudiesen dar un golpe de efecto considerando que aún faltaban más de media hora en el reloj... pero lo que terminó sucediendo fue la muerte de las emociones en el encuentro. Con los catalanes sacando a Gavi y Yamal para cerrar el partido, los merengues se vieron incapaces de capitalizar la superioridad numérica en la cancha, lo que terminó dando la sensación que nos sobró el complemento.
El primer título de la temporada del fútbol español se ha definido de una forma inesperada. Es difícil asegurar que será un punto de inflexión para lo que resta de la temporada, pero lo que si quedó bastante en evidencia que los pupilos de Flick juegan a otra velocidad respecto a sus archirrivales.
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