La tendencia hacia macroestadios en Inglaterra comenzó en 2012 con la inauguración del Tottenham Hotspur Stadium, un recinto de última generación que ha servido de inspiración para otros clubes. Manchester City, por ejemplo, ya inició su proyecto de ampliación de la tribuna norte, lo que permitirá que el Etihad Stadium supere los 60,000 asientos. Mientras tanto, Manchester United evalúa construir un estadio para 100,000 personas, con una inversión de 2,000 millones de libras esterlinas, que reemplazaría al histórico Old Trafford.
Chelsea FC también contempla una renovación significativa. El equipo londinense podría demoler Stamford Bridge, su hogar desde 1905, para construir un estadio nuevo, con una inversión estimada en 2,500 millones de libras. Además de incrementar la capacidad, los clubes están impulsando nuevas áreas VIP y servicios de hospitality que generen ingresos adicionales y eleven la experiencia de los aficionados.
Según Kieran Maguire, experto en finanzas del fútbol de la Universidad de Liverpool, esta expansión en los estadios responde al estancamiento de los ingresos por derechos de retransmisión nacionales, lo que lleva a los clubes a buscar alternativas de ingresos. Sin embargo, advierte que la subida de precios en las entradas podría afectar la fidelidad de los seguidores locales.
La Premier League afronta un cambio significativo que no solo incrementará el número de asientos, sino que marcará una nueva era en la experiencia y autonomía financiera de los clubes ingleses.
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