Reyes del vértigo


Hacía mucho tiempo en que los cuartos de final en la Champions League generaban una emoción y expectativa tan grande como la que hoy se presenta. Con el pasar de los años, el espectáculo, así como el nivel de competitividad en esta clase de torneos se ha visto limitado únicamente para unos cuantos equipos. Los astros del fútbol sonrieron a todos de cara a esta campaña y con ocho clubes todavía en carrera, lo que se vislumbra es algo mucho más que atractivo. Cada llave eliminatoria tiene su claro favorito como de costumbre, pero cuesta un mundo poder decirlo con relativa tranquilidad de cara a lo que pueden ser clasificados definitivos. El primer partido que se hace necesario revisar tendrá lugar en el Signal Iduna Park. Por más que UEFA quiera ocultar el nombre dado que el sponsor no está con ellos, la cancha de Dortmund se convierte en un jugador más cada vez que el equipo amarillo con negro salta al engramado. 

Dos de los equipos más agradables a la vista de quien gusta de un fútbol vertical y sin complejos medirán sus fuerzas, en donde lo que se tiene esperado son muchos goles en lo general de la llave que se definirá la próxima semana. Además de que ambas proponen con mucha perspectiva ofensiva, viendo todas las condiciones de estos conjuntos, no cabe la menor duda de que son casi gemelos en todos los ámbitos que se puedan considerar. Prácticamente será un duelo en donde ambos equipos tendrán la impresión de que estuvieran mirando hacia un espejo. Para un entrenador esta clase de partidos genera una incertidumbre tremenda; los recursos personales que se trabajan probablemente no puedan ser explotados de la manera más óptima posible, dado que seguramente el rival de turno presentará algo con los mismos rasgos futbolísticos. 

Cuando no se pueden explotar los recursos que logran marcar diferencias, el plan de juego prácticamente se debe revertir en cuanto a la idea: buscar desacelerar el ritmo en lo máximo que se pueda. Siempre ha sido peligroso para todos los equipos que apelan a un fútbol frontal en el que con tres o cuatro toques ya están en el área rival que les detengan esa explosividad como si se halara un freno de mano. Aquella escuadra que no sepa cómo administrar su juego en el centro del campo lo va a pagar muy caro. Para esta misión los responsables de conducir los hilos del encuentro deberán ser Bernardo Silva por la visita y Raphael Guerreiro por los locales, este último a pesar de su naturaleza vertical, se hace indudable que ha tenido visto sus funciones en el centro del campo y por los costados casi que reasignadas.

El desborde, fuente de vida para ambos equipos, evidentemente no puede pasarse por alto. Con las bajas de Sidibe y Mendy, el Mónaco resentirá mucho la reducida posibilidad que tendrán extremos como Mbappé y Lemar, igualmente extrañarán los regresos de dos laterales que en condiciones físicas pocos delanteros pueden presumir ser mejores. Sin haber mencionado la ausencia de Bakayoko por suspensión, los del principado llegan mucho más diezmados que el conjunto alemán, el cual parte como favorito de cara a este compromiso. Los goles no se harán ausentes, así como cabe la advertencia de que no será un partido apto para quienes sufran de vértigo.