Sumar, sumar y sumar


Este fin de semana será la jornada número tres del fútbol de México. Por estos lares estoy consciente de que no es una liga que tenga muchos simpatizantes más allá de la comunidad que exista dentro de los límites de esta pequeña nación. A pesar de ello, no se puede dejar de tener en cuenta, algo que es realidad gracias a diversos factores; ya sea por los nacionales que militan en sus límites o por el asfixiante bombardeo de este torneo en los canales deportivos de televisión por cable que se pueden ver en Panamá. 

Como observador del fútbol, a pesar de no seguirlo en una condición de, ver todos los partidos las jornadas de fines de semana, existe cierta noción de lo que sucede en el momento en cuanto a los mexicanos. Después de todo, la composición, todos los detalles organizativos y alcance en infraestructuras son, al entender de un servidor, ejemplo claro a seguir de cara a la correcta evolución de nuestra competencia de primera división, la cual dista de tener elogios suficientes para catalogarla como buena. Ejemplo tanto en lo bueno, como en lo malo.

Cruz Azul en la foto y todos los equipos del torneo mexicano desde hace algunas semanas atrás se encuentran pescando futbolistas a precios dentro de lo razonable. Lo razonable son fichajes sencillos y, para un mundo inflado como el que tenemos hoy en día, económicos; cuando se revisan nombres de los traspasos, fácilmente se pueden observar europeos o sudamericanos de todas latitudes. El mercado del Torneo Apertura 2016 tiene la particularidad de ser el primero luego del cambio de regla con respecto a naturalizados y extranjeros, el cual ha sido ampliado: de diez extranjeros ahora es un número ilimitado de jugadores foráneos.

El porcentaje de extranjeros en el fútbol azteca es considerablemente alto, teniendo un promedio de cuatro por cada diez jugadores por decirlo así sensados. Con salarios llamativos, el fútbol mexicano se sigue consagrando como una de las mejores ligas de América entera, poniéndola al lado de competencias que vienen en caída libre como las de Sudamérica, las de Centroamérica que poco avanzan y de Estados Unidos que, por más que se esté llenando de nombres conocidos, sigue estando muy lejos de un nivel considerada importante. Nivel importante, la cual crece en este aspecto gracias indudablemente a la cuota de futbolistas nacidos fuera de las fronteras nacionales.

La discusión es complicada en este sentido, ya que no se puede refutar el hecho de que los partidos de la Liga MX se encuentran en el estatus actual gracias primordialmente a los fichajes que llegan de Sudamérica y Europa. La inversión para traer material humano de mayor capacidad deportiva por parte de todos los clubes que conforman la competencia irremediablemente hace que la competencia tenga mayor interés y afortunadamente mayor nivel de espectáculo. A diferencia de China, México es un país futbolizado, entendiendo esto, los jugadores deben mostrar un nivel más que aceptable para poder permanecer en la liga o también utilizar la misma como un trampolín para el Viejo Continente.

Aportes sustanciales se esperan y se pueden percibir, sin embargo, a largo plazo todo puede llegar a ser contraproducente. Seguramente para la liga no, el nivel será igual o mejor a medida que se siga aplicando indiscriminadamente el nuevo reglamento de libertad de transferencias de naturalizados y extranjeros, pero para el futbolista mexicano sí. ¿Por qué? Porque las oportunidades para las fuerzas básicas se irán disminuyendo, más de lo que ya se está dando actualmente. Pueden preguntarle a Inglaterra las consecuencias de ello.

Pero seamos honestos, a los dirigentes no les interesa esto. Sólo les interesa el interés personal y que las arcas del club se encuentren repletas de dólares. Dirán ellos que con dinero se vive, por lo cual lo único importante es sumar, sumar y sumar.
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