Como era de esperarse, el Balón de Oro al mejor jugador del 2015 es para Leo Messi. Ha ganado con mucha contundencia las votaciones, muy por encima de Cristiano y Neymar, el tercer miembro del podio este año en las votaciones finales. El anuncio final creo que no sorprende a nadie, lo realizado por el astro argentino para impulsar un año memorable del Barcelona con goles y asistencias le habían dado todos los créditos necesarios para hacerse con el título.
Alguna vez lo dejé claro, pero por si acaso lo hago nuevamente: el Balón de Oro ha ido perdiendo su nivel hasta ser un torneo de popularidad. El Capitán de la selección de Vanuatu tiene el mismo peso de voto que Gigi Buffon o Iker Casillas, entendiendo que hay pocas cosas que se vean por aquellos lares que los partidos de Champions League o enlatados de internet que ponen jugadas muy puntuales.
Un concurso de popularidad, en el cual el más popular hoy por hoy es Messi. Si no establecen de una vez por todas el criterio con el cual se eligen a los futbolistas del podio, esto no dejará de suceder y cada año el premio seguirá perdiendo la credibilidad que tenía cuando el diario francés era el encargado de manejar de forma independiente.
Sulfura mis pensamientos el ''sistema'' en el cual se eligen los premios de esta índole. Aunque, más allá de las observaciones que se merezca un ente como la FIFA, creo que el día está para apartarnos un poco de sus interminables arbitrariedades y decisiones que ya causan risa, para no ponerse a llorar. Este galardón es una verdadera desgracia, al igual que la manera en la cual se computan los datos del ránking de selecciones nacionales, pero sea como sea, esto no debe ni puede manchar la imagen del homenajeado de la noche.
Cinco ya son los títulos de esta característica que registra Leo en su haber, volviéndolo a conseguir tras dos años en el que CR7 dominó los votos y parecía encaminar nuevos años de hegemonía, aunque a corto y mediano plazo no ha logrado ser así. El astro argentino supo ponerse nuevamente la camiseta de '10' y orquestar un año memorable para la entidad blaugrana, además de haber llegado hasta la final de la Copa América, torneo, al igual en el Mundial, donde mucho se le cuestionó.
Lo cierto es que todos no quedan contentos con esta decisión, claramente hay detractores y aficionados, algo que lógicamente hace de este deporte tan espectacular. Más allá de cuestión de gustos, creo que a estas alturas de la vida se hace bastante complicado buscarle la quinta pata al gato cuando se habla de Messi.
Leo representa el fútbol, desde su concepción más básica. Cada vez que salta a la cancha irradia una sensación de comodidad y felicidad, evidenciando la manera en la que disfruta cada instante de lo que hace; vive para hacer quiebres, túneles, cambios de ritmo... en fin, todo aquello que nos hace recordar que esto no es un deporte para 'cuadrados' lo consigue todas las semanas.
Es un gusto verlo participar. Ese juego de potrero, de donde realmente nace y se concibe el fútbol de la manera más armónica posible, se ve reflejado cada vez que el rosarino pisa un terreno de juego. Verlo gambetear y hacer jugadas que para cualquiera de nosotros serían imposibles me recuerdan que este negocio, en el cual lamentablemente se ha convertido el balompié, va más allá de los intereses de dirigentes de federaciones o clubes, su esencia es disfrutarlo.
Messi es sinónimo de fútbol. No hay mejor exponente de este deporte que el argentino, al cual me atrevo a decir ha sido, es y será el mejor jugador que veré en los años que tenga de vida. Han sido temporadas memorables, pero sobre todas las cosas, han sido años dorados con Leo en la cancha.
Alguna vez lo dejé claro, pero por si acaso lo hago nuevamente: el Balón de Oro ha ido perdiendo su nivel hasta ser un torneo de popularidad. El Capitán de la selección de Vanuatu tiene el mismo peso de voto que Gigi Buffon o Iker Casillas, entendiendo que hay pocas cosas que se vean por aquellos lares que los partidos de Champions League o enlatados de internet que ponen jugadas muy puntuales.
Un concurso de popularidad, en el cual el más popular hoy por hoy es Messi. Si no establecen de una vez por todas el criterio con el cual se eligen a los futbolistas del podio, esto no dejará de suceder y cada año el premio seguirá perdiendo la credibilidad que tenía cuando el diario francés era el encargado de manejar de forma independiente.
Sulfura mis pensamientos el ''sistema'' en el cual se eligen los premios de esta índole. Aunque, más allá de las observaciones que se merezca un ente como la FIFA, creo que el día está para apartarnos un poco de sus interminables arbitrariedades y decisiones que ya causan risa, para no ponerse a llorar. Este galardón es una verdadera desgracia, al igual que la manera en la cual se computan los datos del ránking de selecciones nacionales, pero sea como sea, esto no debe ni puede manchar la imagen del homenajeado de la noche.
Cinco ya son los títulos de esta característica que registra Leo en su haber, volviéndolo a conseguir tras dos años en el que CR7 dominó los votos y parecía encaminar nuevos años de hegemonía, aunque a corto y mediano plazo no ha logrado ser así. El astro argentino supo ponerse nuevamente la camiseta de '10' y orquestar un año memorable para la entidad blaugrana, además de haber llegado hasta la final de la Copa América, torneo, al igual en el Mundial, donde mucho se le cuestionó.
Lo cierto es que todos no quedan contentos con esta decisión, claramente hay detractores y aficionados, algo que lógicamente hace de este deporte tan espectacular. Más allá de cuestión de gustos, creo que a estas alturas de la vida se hace bastante complicado buscarle la quinta pata al gato cuando se habla de Messi.
Leo representa el fútbol, desde su concepción más básica. Cada vez que salta a la cancha irradia una sensación de comodidad y felicidad, evidenciando la manera en la que disfruta cada instante de lo que hace; vive para hacer quiebres, túneles, cambios de ritmo... en fin, todo aquello que nos hace recordar que esto no es un deporte para 'cuadrados' lo consigue todas las semanas.
Es un gusto verlo participar. Ese juego de potrero, de donde realmente nace y se concibe el fútbol de la manera más armónica posible, se ve reflejado cada vez que el rosarino pisa un terreno de juego. Verlo gambetear y hacer jugadas que para cualquiera de nosotros serían imposibles me recuerdan que este negocio, en el cual lamentablemente se ha convertido el balompié, va más allá de los intereses de dirigentes de federaciones o clubes, su esencia es disfrutarlo.
Messi es sinónimo de fútbol. No hay mejor exponente de este deporte que el argentino, al cual me atrevo a decir ha sido, es y será el mejor jugador que veré en los años que tenga de vida. Han sido temporadas memorables, pero sobre todas las cosas, han sido años dorados con Leo en la cancha.