Muchos meses y 88 millones de euros después, nos encontramos con la imagen de Luis Suárez. Su paso en el Ajax inevitablemente generó en mí una simpatía especial por este futbolista, no sólo por ser un Godenzonen, sino por la esencia de calidad en un futbolista que a simple vista creó sus habilidades en aquellos enfrentamientos callejeros en Salto y demás lugares donde pasó sus primeros años de vida.
La calidad no dejó de aparecer luego de aquel trágico verano de 2011 cuando en mi servicio social me enteré de la transferencia de Lucho al Liverpool, donde con el pasar de los años fue moldeando su estilo, pero no tanto su carácter. Ese carácter le condenó a sufrir en diversas ocasiones por la isla británica y en el mayor escenario del fútbol mundial.
Pero el carácter no puede quitarle mérito a un futbolista, menos con la capacidad mostrada por Suárez; situación que el Barcelona entendió a la perfección y se hizo con sus servicios. Iba a estar fuera por bastante tiempo, pero era cuestión de tiempo para encontrarse con uno de los delanteros que más importantes del fútbol mundial.
Des-enchufado
Una inevitable sensación de extrañeza sentí al ver los primeros tres meses del uruguayo con los catalanes. Era inevitable pensar en que el castigo impuesto luego de la mordida a Chiellini le afectó en el aspecto físico por la prohibición de jugar.
Partidos donde las señales eran más que evidentes, esclarecedores de ciertos detalles y hasta concluyentes para algunos, el nivel de Suárez no estaba siendo acorde a las exigencias del equipo, entonces, ¿tenía el nivel Suárez para estar en el Barcelona? Una duda por curiosa que llegue a parecer, rondaba constantemente la cabeza de algunos destacados comentaristas o aficionados, sin mayor objeción dada la mala performance.
Llegaron compromisos delicados, inciertos por la poca aparición o falta de ritmo, como el caso de uno de los compromisos de Liga ante el Villarreal. Una acumulación de deficiencias principalmente en el posicionamiento dentro de la cancha, hicieron que las dudas no dejasen de salir a la luz. El 2014 era un verdadero martirio para el delantero uruguayo, y con el sorteo de octavos de final de la Champions la llegada de diciembre era un hecho. Mejor participación en la entrega, por encima de lo futbolístico, dejaban la ventana abierta para que el año nuevo le sintiera mejor al ex-goleador de Anfield.
24 de marzo
La ausencia de goles no sólo influye directamente en la opinión del entorno, también causan que el señalado pierda su confianza. La confianza es fundamental para saber, por sobre todas las cosas, quien se es. El 2015 recién arrancaba con todo por definir, con un Real Madrid que parecía imparable, con las dudas sobre Luis Enrique y por supuesto, sobre Suárez. Desde el lado más oscuro del Barcelona, las cosas empezaron a salir bien.
Metida ya la temporada, el equipo y Lucho parecía entrado ya en calor, con más movilidad y goles. Pero antes de los octavos de final de la Champions, el Málaga sacaba provecho del error local y dejaba a más de cuatro sorprendidos.
Era 24 de marzo, la ida de los octavos de final de la Champions League. El Manchester City era la prueba de fuego para Luis Enrique y sus pupilos, donde los más negativos hablaban de que media temporada estaba en juego. Había tensión en el ambiente, pero era necesario que este equipo olvidase sus problemas para que todos pudiésemos disfrutar de un espectáculo acorde a la instancia.
Dos goles. Uno al 14' y otro al 29'. La imagen de un delantero feliz y con presencia se incrustó de inmediato en la mente de muchos. Una remarcable actuación en la victoria 1-2 como visitante en Inglaterra, encontramos la primera muestra, el lanzamiento oficial de Luis Suárez, quien logró emerger desde el lado oscuro.
Un día especial, no especial sólo para el uruguayo, sino un día importante para la tan gustada industria musical, porque 42 años atrás se había hecho el lanzamiento oficial en el mercado británico de uno de los álbumes más trascendentales de historia del rock, The Dark Side of the Moon o El lado oscuro de la luna, de Pink Floyd.
Sencillamente puede señalarse de la intrascedencia de una cosa sobre la otra, pero por aquellas circunstancias que hacen de nuestra vida curiosa, hicieron posible que coincidieran en una misma fecha, pero en distintos momentos, dos sucesos que por tan diferentes que parezcan están muy ligados. Desde tierras británicas, salía a todas las vitrinas una obra de arte, una muestra de calidad y talento, talento que emergía en letras basadas en la decadencia de Syd Barrett, donde el conflicto era uno de los principales pilares de todo.
El conflictivo delantero uruguayo, desde el lado más oscuro, logró anotar un doblete que encendería su pólvora característica. Pasó mucho tiempo, las expectativas ahora son más altas que las del día uno.
La calidad no dejó de aparecer luego de aquel trágico verano de 2011 cuando en mi servicio social me enteré de la transferencia de Lucho al Liverpool, donde con el pasar de los años fue moldeando su estilo, pero no tanto su carácter. Ese carácter le condenó a sufrir en diversas ocasiones por la isla británica y en el mayor escenario del fútbol mundial.
Pero el carácter no puede quitarle mérito a un futbolista, menos con la capacidad mostrada por Suárez; situación que el Barcelona entendió a la perfección y se hizo con sus servicios. Iba a estar fuera por bastante tiempo, pero era cuestión de tiempo para encontrarse con uno de los delanteros que más importantes del fútbol mundial.
Des-enchufado
Una inevitable sensación de extrañeza sentí al ver los primeros tres meses del uruguayo con los catalanes. Era inevitable pensar en que el castigo impuesto luego de la mordida a Chiellini le afectó en el aspecto físico por la prohibición de jugar.
Partidos donde las señales eran más que evidentes, esclarecedores de ciertos detalles y hasta concluyentes para algunos, el nivel de Suárez no estaba siendo acorde a las exigencias del equipo, entonces, ¿tenía el nivel Suárez para estar en el Barcelona? Una duda por curiosa que llegue a parecer, rondaba constantemente la cabeza de algunos destacados comentaristas o aficionados, sin mayor objeción dada la mala performance.
Además de la confianza, ¿se vio alterada la identidad de Luis?
Llegaron compromisos delicados, inciertos por la poca aparición o falta de ritmo, como el caso de uno de los compromisos de Liga ante el Villarreal. Una acumulación de deficiencias principalmente en el posicionamiento dentro de la cancha, hicieron que las dudas no dejasen de salir a la luz. El 2014 era un verdadero martirio para el delantero uruguayo, y con el sorteo de octavos de final de la Champions la llegada de diciembre era un hecho. Mejor participación en la entrega, por encima de lo futbolístico, dejaban la ventana abierta para que el año nuevo le sintiera mejor al ex-goleador de Anfield.
24 de marzo
La ausencia de goles no sólo influye directamente en la opinión del entorno, también causan que el señalado pierda su confianza. La confianza es fundamental para saber, por sobre todas las cosas, quien se es. El 2015 recién arrancaba con todo por definir, con un Real Madrid que parecía imparable, con las dudas sobre Luis Enrique y por supuesto, sobre Suárez. Desde el lado más oscuro del Barcelona, las cosas empezaron a salir bien.
Metida ya la temporada, el equipo y Lucho parecía entrado ya en calor, con más movilidad y goles. Pero antes de los octavos de final de la Champions, el Málaga sacaba provecho del error local y dejaba a más de cuatro sorprendidos.
Era 24 de marzo, la ida de los octavos de final de la Champions League. El Manchester City era la prueba de fuego para Luis Enrique y sus pupilos, donde los más negativos hablaban de que media temporada estaba en juego. Había tensión en el ambiente, pero era necesario que este equipo olvidase sus problemas para que todos pudiésemos disfrutar de un espectáculo acorde a la instancia.
Dos goles. Uno al 14' y otro al 29'. La imagen de un delantero feliz y con presencia se incrustó de inmediato en la mente de muchos. Una remarcable actuación en la victoria 1-2 como visitante en Inglaterra, encontramos la primera muestra, el lanzamiento oficial de Luis Suárez, quien logró emerger desde el lado oscuro.
Luis emergió desde el lado más oscuro
Un día especial, no especial sólo para el uruguayo, sino un día importante para la tan gustada industria musical, porque 42 años atrás se había hecho el lanzamiento oficial en el mercado británico de uno de los álbumes más trascendentales de historia del rock, The Dark Side of the Moon o El lado oscuro de la luna, de Pink Floyd.
Sencillamente puede señalarse de la intrascedencia de una cosa sobre la otra, pero por aquellas circunstancias que hacen de nuestra vida curiosa, hicieron posible que coincidieran en una misma fecha, pero en distintos momentos, dos sucesos que por tan diferentes que parezcan están muy ligados. Desde tierras británicas, salía a todas las vitrinas una obra de arte, una muestra de calidad y talento, talento que emergía en letras basadas en la decadencia de Syd Barrett, donde el conflicto era uno de los principales pilares de todo.
El conflictivo delantero uruguayo, desde el lado más oscuro, logró anotar un doblete que encendería su pólvora característica. Pasó mucho tiempo, las expectativas ahora son más altas que las del día uno.