¿Globalizando el fútbol?

La Copa Confederaciones no se ha concluido aun, sin embargo, rápidamente se puede una primera conclusión de lo ocurrido en la Fase de Grupos. Definitivamente la Cenicienta del torneo y la principal atracción además de España y Brasil fue la débil selección de Tahití. El Campeón de Oceanía estuvo por segunda vez en un torneo FIFA luego del Mundial sub 20 de hace 4 años atrás, y obviamente la historia fue la misma.

Para una selección con nada que perder y que tampoco mucho que ganar llegaba la Confederaciones, en la cual en 3 partidos fue despachada del torneo, únicamente recibiendo 23 goles en 3 partidos. Para el que estuvo desconectado del fútbol en estas últimas 2 semanas dudo mucho que al empaparse en esta fascinante noticia le sea sorpresiva. En esta publicación no analizaré el estilo de juego tahitiano ni nada por el estilo, sería perder el tiempo y líneas. Quiero enfocarme en las consecuencias que deja la participación de una selección amateur como la de Tahití en un torneo que si bien es cierto principalmente sirve de prueba para los estadios que albergarán la Copa del Mundo no se debe despreciar del todo, ya que reúne a selecciones del tamaño de Brasil, España, Uruguay e Italia en un sólo mini torneo.



Hermanos, primos que son meseros, alpinistas y otra gran variedad de profesiones son aquellos quienes representaron a un Continente entero vistiendo la camisa rojo con blanca de la pequeña isla de la Micronesia. 6-1 ante Nigeria, 10-0 ante España y 8-0 ante Uruguay fueron las derrotas de esta nación, probablemente dejen algún récord o estadística curiosa, pero no vienen al caso. Después de cada partido estos muchachos salían felices, ya que jugaron contra jugadores como Forlán, Suárez, Torres, Silva y todos sus ídolos del fútbol de primer mundo, y no se les puede culpar si cada vez que tenían un jugador de este tamaño junto a ellos sentían una euforia que sólo el fanático llega a sentir. La afición brasileña y todo el que asistía al estadio era feliz y aplaudía el esfuerzo que hacían estos muchachos ante selecciones infinitamente superiores a ellos, un plus que inspiró a esta selección a despedirse de buena forma del país.

Quitando los detalles sentimentales y extrafutbolísticos me hago una pregunta: ¿Está FIFA feliz con esto? ¿Globalizaron el fútbol? ¿Se eliminaron las fronteras con la participación de todos en el torneo? Mis preguntas claramente tienen una sarcástica y desagradable respuesta... Pero sólo digamos que NO. Aparentemente FIFA eliminar el racismo y hacer desaparecer las barreras que marcan diferencias en el mundo y, mediante esta globalización del deporte, hacer que todos seamos iguales. Pero este torneo ha sido una muestra de que no, no todos somos iguales.


Llevar a una selección como Tahití a un torneo a jugar ante España no es globalizar el fútbol ni eliminar las distancias que para algunos genios dirigentes no existen, lo que al final terminas provocando es la humillación de una nación que ni siquiera juega al fútbol. Quizá por su inocente y limitado conocimiento del fútbol no lo perciben, pero alrededor del mundo son el hazmereír de muchos. Hablando de inocencia me quedo con la frase que dejó el entrenador de Tahití antes de su partido ante España:
"Incluso si España nos mete 15 goles y nosotros marcamos uno, lo celebraremos como si fuese un trofeo"
El culpable de toda esta humillación es FIFA y sus dirigentes que quieren adelantar procesos, proyectos de fútbol que a las grandes selecciones les tomó décadas e incluso centenenares de años, como ha sido el caso de España para alcanzar la gloria futbolística. Algunos dirán que no se puede hacer nada porque las reglas de la Confederaciones clasificaron justamente a Tahití... Entonces, o desapareces el cupo de Oceanía o no haces una Copa Confederaciones... Así de sencillo. Admitir participaciones como ésta son absurdas realmente, ¿Qué gana España con anotarle 10 goles a Tahití? ¿Creció deportivamente hablando? O inclusive, ¿Tahití aprendió algo de esa derrota ante España? Lo mismo sucede con los partidos ante Nigeria y Uruguay, resultados que no benefician a nadie y que nadie recordará.

Lamentablemente la verdad de FIFA y las demás organizaciones nos pegan en la cara, porque llega a ser rentable tener a un equipo del tamaño de Tahití en este torneo, ¿porqué? Por el morbo de la gente de saber cuántos goles serán en el partido... Ese morbo hace que la gente compre una entrada o sintonice un partido.

Así no se globaliza el fútbol dirigentes. El fútbol no es algo que lo empiezas y a los meses te da resultados, no. Es algo mucho más fuerte y difícil, algo que no tendrá en mucho la selección de Tahití. La única perjudicada de todo este asunto es ella, la única y verdadera lastimada... Pero a pesar de ello, tuvo el valor y la alegría de pararse frente al mundo y decir: Gracias.

Gracias a ustedes también muchachos
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