Grecia vive uno de los procesos judiciales más importantes de su historia reciente en materia deportiva. Este miércoles comenzó el juicio contra Evangelos Marinakis, presidente del Olympiacos FC, y 142 ultras del club, acusados de formar parte de una organización criminal responsable de varios actos violentos, incluidos explosiones y el asesinato del agente antidisturbios Yorgos Lyngeridis, de 31 años.
Marinakis, magnate naviero y propietario también del Nottingham Forest inglés y el Rio Ave portugués, enfrenta cargos junto a otros cuatro directivos del Olympiacos, entre ellos el alcalde de El Pireo, Yannis Moralis. La fiscalía los acusa de financiar y promover la violencia entre 2019 y 2024, especialmente tras un comunicado del club en 2023 que, según la acusación, encendió el clima de hostilidad al denunciar una supuesta “mafia” en el fútbol griego.
Ninguno de los directivos acudió personalmente a la primera sesión, celebrada bajo fuertes medidas de seguridad en la prisión de alta seguridad de Korydalos, en Atenas. El tribunal, compuesto por tres magistrados, prevé escuchar a más de 210 testigos a lo largo de un proceso que podría extenderse más de un año.
La violencia vinculada al deporte se ha convertido en un problema estructural en Grecia, con frecuentes enfrentamientos entre hinchas y fuerzas del orden. Apenas dos días antes del inicio del juicio, un aficionado del AEK murió apuñalado en la isla de Eubea tras un choque con seguidores del Olympiacos.
El caso de Lyngeridis, ocurrido en diciembre de 2023, fue el detonante de la actual ofensiva judicial. El agente murió tras ser alcanzado por una bengala lanzada por un grupo de ultras, lo que llevó al Tribunal Supremo a endurecer las medidas contra las bandas criminales ligadas al deporte.
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