Neymar ha vuelto a casa. El astro brasileño firmó un contrato de seis meses con el Santos, el club donde se dio a conocer al mundo, con la posibilidad de extender su vínculo. Durante su presentación en el estadio Vila Belmiro, dejó claro que su regreso no es solo un gesto simbólico: "Volví para jugar, ser feliz, marcar goles y ayudar al Santos", afirmó.
El delantero, que rescindió su contrato con el Al-Hilal saudí tras una etapa marcada por las lesiones, busca recuperar su mejor nivel de cara al Mundial de 2026, el que probablemente sea el último de su carrera. Neymar espera que su desempeño en el Santos le permita volver a la selección brasileña y completar su "última misión".
Su llegada ha generado una revolución en la ciudad de Santos. Miles de aficionados celebraron su regreso con pancartas, cánticos y camisetas con su nombre y el dorsal 10, que también vistió Pelé. Comerciantes, vendedores ambulantes y seguidores de todas las edades se congregaron en las inmediaciones del estadio para recibirlo con los brazos abiertos.
El Santos, que vivió momentos difíciles en los últimos años con su descenso y posterior ascenso a la élite del fútbol brasileño, ve en Neymar la esperanza de un nuevo renacer. Los hinchas confían en que el talento del "menino Ney" sea el motor que impulse al equipo hacia nuevas glorias.
A pesar de las dudas sobre su estado físico tras un año casi inactivo por lesión, la confianza en Neymar es total. "Si dice que va a jugar, seguro que lo hará bien y nos dará un título", afirman los aficionados. Ahora, el reto está en sus pies.
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