La contundencia clasifica al Inter

El 2025 ha empezado como los últimos años recientes: con un torneo corto de una liga importante jugándose en Arabia Saudita. La imperiosa necesidad de las ligas europeas en sumar ganancias sin importar las circunstancias ni los medios para lograr el objetivo (intentar alcanzar a la Premier) han convertido a Riyadh en un destino de interés durante estas fechas.

Esta vez ha sido la Supercopa Italiana la primera en disputarse. Con el nuevo formato de cuatro protagonistas, para ver cómo se puede rasgar más dinero, tuvimos en primera instancia un enfrentamiento más que llamativo, dado que los llamados a medir fuerzas serían Inter y Atalanta. El Campeón defensor de la Serie A ante una de las sensaciones de todo el calcio por estar en lo más alto de la tabla actualmente... y sin olvidar el detalle no menor de ser el último Campeón de la Europa League claro.

Promesas de vértigo

Desde la alineación se veía cuán en serio se habían tomado ambos entrenadores el compromiso. Los nerazzurri salieron con su equipo de gala que, salvo la titularidad de De Vrij, lógica por las bajas tanto de Pavard como Acerbi, aspiraba a la excelencia. Como viene siendo costumbre a lo largo de la temporada, partían como favoritos.

Los de Bérgamo por su parte debían partir de la idea que el encuentro habría de afrontarse sin un killer de área natural, ya que aparte de Scamacca, no pudieron contar con Retegui. Debido a esto, Gasperini planteaba un encuentro sin un centrodelantero y rotando varias de sus figuras, teniendo como más que llamativa la presencia de Samardzic como punta... algo que obviamente respondía a la falta de efectivos que a una propuesta táctica del entrenador. 

Y así empezaba el partido. Muy difícil se hacía para la Atalanta contener la verticalidad que el Inter pondría por las bandas con Dumfries y Dimarco, llegando con mucho peligro a la portería de Carnesecchi. Pese a esa verticalidad y que el rival tampoco es que estaba cruzado de brazos precisamente, no se abría el marcador. 

El factor Denzel

No sería correcto decir que la presencia de Sommer en la primera parte fue testimonial, pero tampoco fue exigido al mismo nivel que el portero de la Atalanta. Con este sentido de superioridad comenzaba el segundo tiempo para el Inter y mucho no duró esa sensación de dominio sin recompensa. Apenas al 49' tras un balón parado que no pudo ser despejado de manera eficiente, Denzel Dumfries anotaría de tijera, dejando atónitos a todos dentro del área chica.

Con la desventaja apenas iniciado el complemento, el plan de juego de Gasperini cambió de manera importante. Con el ingreso de Lookman y De Ketelaere eran evidentes las intenciones. La Atalanta vivió su momento de mayor presión hacia la portería rival, procurando dejar bastante retrasada a la línea de tres centrales interistas, forzando los despejes deficientes y algunas salidas en falso por parte del portero suizo, parecía que estaban cada vez más cerca.

Pero recién cumplida la hora de juego, se acabó. Aprovechando los espacios que las excursiones ofensivas del conjunto de Bérgamo estaban dejando, en un par de toques el lateral holandés tuvo la oportunidad de rematar desde fuera del área un disparo que dejó sin posibilidades de hacer algo a Carnesecchi, quien vio como se le colaba en la escuadra el segundo y definitivo gol del Inter. 

Después de este tanto se acabó el partido. Si bien es cierto que hubo un gol anulado a la Atalanta en los minutos finales, el segundo golazo de Dumfries fue peor que un balde de agua fría para la inercia que estaba teniendo el rival tras la apertura del marcador. Hemos insistido en otras ocasiones que el Inter es el mejor equipo (hoy por hoy) del fútbol italiano, ahora le tocará esperar rival que saldrá entre Juventus y Milan para ver si levantan el primer título del año. 

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